«Y había un hombre de los fariseos que se llamaba Nicodemo, un gobernante de los judíos. 2 Este vino a Jesús de noche y le dijo: —Rabí, sabemos que has venido de Dios como maestro porque nadie puede hacer estas señales que tú haces a menos que Dios esté con él. 3 Respondió Jesús y le dijo: —De cierto, de cierto te digo que, a menos que nazca de nuevo, uno no puede ver el reino de Dios. 4 Nicodemo le dijo: —¿Cómo puede nacer un hombre si ya es viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre y nacer? 5 Respondió Jesús: —De cierto, de cierto te digo que, a menos que nazca de agua y del Espíritu, uno no puede entrar en el reino de Dios.» Juan 3:1-5 (RVA-2015).

¿Por qué es necesario nacer de nuevo? Porque al nacer de nuevo aunque eres viejo físicamente, pero serías un niño espiritualmente hablando, y solo a los niños les ha sido revelada esta palabra. Una palabra que fue escondida de los sabios y entendidos.

¿Pero como fue escondida? Fue escondida de tal forma que solo naciendo de nuevo puedas entenderla, no hay otra manera. Entonces lo más importante es lo que Jesús le decía a Nicodemo en Juan 3:10 «Tú eres el maestro de Israel, ¿y no sabes esto?» Cuando le dijo que le era necesario nacer de nuevo y Nicodemo pensaba que había que volver a entrar al vientre de la madre y poder nacer. Pero Jesús se refería a lo espiritual.

Por eso las personas que se creen sabias deben nacer de nuevo y poner a Jesús por delante en lo que hagan, y ya no su propia sabiduría. Las personas creen que para llegar al cielo es necesario hacer lo que decían los sabios: que había que cumplir mandatos a cabalidad en total 613 mandatos, y si cumplías 612 y fallabas en uno entonces eras culpable de los 613.

Por lo cual nadie pudo hacer esto en toda la existencia humana, solo Jesús y ahora Jesús dice: Te es necesario nacer de nuevo y así poder entender las cosas de Dios. Los pequeños creen las cosas y lo creen todo, pero los adultos no.

La mente de Adán y Eva era de niños prácticamente cuando fueron engañados, y ahora se nos da la oportunidad que siendo niños espiritualmente seamos reivindicados al Reino de los Cielos.

Recuerda, debes nacer de nuevo del agua y del Espíritu. No te avergüences de hacerlo, solo así podrás a empezar a entender a Jesús en tu vida.

Cortesía Dr. Mauricio Loredo

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