Mateo 5:41 «…y a cualquiera que te obligue a llevar carga por una milla, ve con él dos…»

El Maestro y Señor de Señores me dijo: ¿Por qué andas en esa milla primera siempre hijo?

Enmudecí y no sabía que decir, con solo escuchar su voz apacible y tan firme que no podía siquiera decir nada, era algo extraño, pero pude sentir que eso era algo sobrenatural, su pregunta me hizo estremecer y yo no podía responder y queriendo hacerlo apenas pude balbucear unas palabras sin sentido y él me tocó el hombro y me dijo: no contestes, vas a tener que escuchar.

Su voz me causó una paz indescriptible y comenzó a decirme:

Veo que estás haciendo lo que todos a tu alrededor hacen: solo lo mismo. Veo que estás siempre triste y buscando sobrevivir en la vida, siempre buscando más tiempo y es lo que más se te está yendo de entre las manos por vivir como vives, siempre en esa primera milla hijo.

En ese momento que dijo: esa primera milla, algo dentro de mi saltó y como que estaba comenzando a despertar.

Y él continuó: esa primera milla, es la causa de tu dolor y tu amargura, estás sumido en esa primera milla hijo, debes continuar la segunda, en lo que empiezas la segunda milla, vendrá tu sanidad.

Yo pude balbucear pero un poco más claro y expresé: pero Señor, me cuesta salir de esa primera milla, siento que estoy atrapado y siento que decaigo, y no puedo pasar a la otra que me pides.

Él, con su mirada de ternura se sentó frente a mi y me levantó mi rostro cabizbajo desde mi barbilla y pude enfocar apenas hasta su cuello y era incapaz de verlo en su profundidad y expresó: Si, casi la mayoría vive así, y por eso viven en ese afán y ansiedad. Unos buscando sobresalir por lo que hacen o lo que quieren hacer, buscando nuevas experiencias y mejores remuneraciones, más no saben que todo procede de mi y yo lo doy a quien veo que está en la segunda milla, en la primera solo te toca tu paga, el dolor, el sufrimiento y el juzgamiento de tus iguales hijo.

Mira aquel que piensa que es mejor que el otro porque hizo una obra u otra en mi nombre cree que tiene derecho a reclamarle a su hermano y no es así. Eso solo significa que aún estás caminando en la primera milla, deben comenzar en la segunda, para que de ellos brote la verdadera comunión y paz que han perdido y les han hecho creer que son ustedes los mejores y más selectos, pero deben hacer su mejor esfuerzo de caminar en la segunda milla hijo, si caminas allí, te aseguro que jamás querrás vivir atado a la primera milla, jamás volverás porque no podrás.

Comencé a llorar por su inmensa paz que sobreabundó y me dijo: no llores hijo, solo comienza a caminar en esa segunda milla, y verás la diferencia. El tiempo jamás será tu limitante, nada causará molestias a tu ser, todo redundará en bendición día a día.

Recuerda Números 14:24 «Pero a mi siervo Caleb, por cuanto hubo en él otro espíritu, y decidió ir en pos de mí, yo le meteré en la tierra donde entró, y su descendencia la tendrá en posesión de ella.»

No lo olvides, debes seguir caminando, no debes parar y solo así no te cansarás.

Sentí que nuevas fuerzas vinieron y me levanté y dispuse a caminar en esa segunda nueva milla que estaba casi frente a mi, y al querer dar ese primer paso fluyeron nuevas fuerzas, y algo que jamás había experimentado, un viento apacible que impregnó todo ese lugar y la carga que llevaba se hizo más liviana y dije: Bendito sea el nombre del Señor Jesucristo.

Cortesía Dr. Mauricio Loredo

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