“Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria.” 2 Corintios 4:17.

Tribulación significa “presión de todo tipo”. Esta frase la usa el apóstol Pablo, hombre sufrido si los hay. Hay varios pasajes bíblicos que nos permiten descubrir lo que estaba pasando. “De los judíos cinco veces he recibido cuarenta azotes menos uno. Tres veces he sido azotado con varas; una vez apedreado; tres veces he padecido naufragio; una noche y un día he estado como náufrago en alta mar; en caminos muchas veces; en peligros de ríos, peligros de ladrones, peligros de los de mi nación, peligros de los gentiles, peligros en la ciudad, peligros en el desierto, peligros en el mar, peligros entre falsos hermanos; en trabajo y fatiga, en muchos desvelos, en hambre y sed, en muchos ayunos, en frío y en desnudez” (2 Corintios 11:24-27). Creo que ninguno de nosotros hemos pasado ni la décima parte de lo que este hombre sufrió por causa de Cristo.

Sin embargo, el apóstol tenía una visión muy especial de los problemas. Para él, todo lo que le acontecía era una (presta atención por favor) “leve tribulación momentánea”. ¿Leve? ¿En serio? Bueno, si hay cosas más intensas mejor no enterarnos… Esta palabra en griego es elafros y significa “de peso ligero, fácil de llevar”, la misma que usa Jesús para definir nuestras cargas puestas en Él (Mt 11.30). Pablo las definía como “leves” porque, además de habérselas entregado al Señor, siempre tenía puesta su mirada en el galardón, en la meta: “…olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.” (Filipenses 3:13-14). Cuando extendemos nuestra visión hacia la eternidad, entonces nuestros problemas tienen otra dimensión.

Además, para Pablo, esa tribulación también era “momentánea”. Si parafraseamos sus palabras estaría diciendo: “¡Esto también pasará!” Su fe estaba puesta en el Dios Todopoderoso en quien creía y para quien vivía. Él estaba seguro de que el Señor siempre interviene en el momento justo para ayudar a sus hijos.

¿Estás pasando por una situación de presión? ¿Cómo defines tu tribulación? ¿Estás confiando que el Señor te mostrará la salida? Como hijos de Dios estamos siendo transformados y esto incluye que algunas veces el Alfarero de nuestras vidas tenga que presionar un poco más fuerte de lo que nos gustaría, pero debemos recordar lo que el apóstol Pablo dijo: “… Pueden ustedes confiar en Dios, que no los dejará sufrir pruebas más duras de lo que pueden soportar. Por el contrario, cuando llegue la prueba, Dios les dará también la manera de salir de ella…” 1 Corintios 10:13.

Cortesía Pastor Pablo Giovanini Iglesia Cristiana Renacer Lynn

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