Jesús sana a un paralítico

 Entonces, entrando Jesús en la barca, pasó al otro lado y vino a su ciudad.

Y sucedió que le trajeron un paralítico, tendido sobre una cama; y al ver Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico: Ten ánimo, hijo; tus pecados te son perdonados.

Entonces algunos de los escribas decían dentro de sí: Este blasfema.

Y conociendo Jesús los pensamientos de ellos, dijo: ¿Por qué pensáis mal en vuestros corazones?

Porque, ¿qué es más fácil, decir: Los pecados te son perdonados, o decir: Levántate y anda?

Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados (dice entonces al paralítico): Levántate, toma tu cama, y vete a tu casa.

Entonces él se levantó y se fue a su casa.

Y la gente, al verlo, se maravilló y glorificó a Dios, que había dado tal potestad a los hombres.

compartir por messenger
compartir por Whatsapp