Y mirándole Jehová, le dijo: Ve con esta tu fuerza, y salvarás a Israel de la mano de los madianitas. ¿No te envío yo?” Jueces 6:14.

Me llama la atención la insistencia de Dios al llamar a Gedeón para liberar a Israel de los madianitas. Envía a un ángel para hablarle mientras estaba oculto en un lagar y le dice: “Jehová está contigo, varón esforzado y valiente.” ¡Qué saludo tremendo para un pobre campesino miedoso! La verdad es que, por el momento, Gedeón no manifestaba valentía, sin embargo, Dios veía en Gedeón algo que ni él alcanzaba a vislumbrar.

Cuando Gedeón escucha las palabras del ángel comienza a quejarse y a preguntar por qué estaban en una condición tan lamentable siendo el pueblo de Dios. El ángel lo interrumpe y le dice: “Ve con esta tu fuerza, y salvarás a Israel de la mano de los madianitas. ¿No te envío yo?” (v. 14). ¡Tampoco se veía fuerza en Gedeón para salvar a alguien! Pero debía saber que Dios era quien lo estaba llamando.

Ahora Gedeón se excusa argumentando que pertenecía a la familia más pobre de Manasés y además era el menor de la casa (v. 15). Entonces el Señor le dice: “Ciertamente yo estaré contigo, y derrotarás a los madianitas como a un solo hombre” (v. 16). Dios no solo le había dicho que Él era quien lo llamaba, sino que lo respaldaría y tenía asegurada la victoria. Aun así, Gedeón no estaba convencido y le pide a Dios tres señales antes de comprometerse (vs. 17, 36, 39).

¡Qué paciencia la del Señor! Escuchó a Gedeón en su angustia, también lo escuchó quejarse y expresar temor e incluso le dio tres señales milagrosas para ayudarle a vencer su inseguridad. Finalmente leemos que Gedeón arrolló a los madianitas con solo 300 hombres para la gloria de Dios. (Jueces 7).

Dios ve lo que nosotros no vemos. Dios nos llama a que tomemos desafíos que a nuestros ojos parecen imposibles de realizar. Pero cuando Dios habla hay que obedecer. De los milagros se encarga Él.

Quizás Dios te está pidiendo que hagas algo que está fuera de tu alcance, te está impulsando a que emprendas una aventura de fe, te está llamando a un ministerio, te mueve a bendecir a otros, pero no tienes los recursos ni el plan. No tengas temor, obedece. El Señor te capacitará, te dará la fuerza y los recursos para afrontar el desafío. ¡Puedes estar seguro de que Dios siempre respalda al que llama!

Cortesía Pastor Pablo Giovanini Iglesia Cristiana Renacer Lynn

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