Entonces Jehová dijo a Moisés: ¿Por qué clamas a mí? Di a los hijos de Israel que marchen.” Éxodo 14:15.

Cuando los israelitas llegaron al Mar Rojo empezaron a quejarse con agresividad porque creían que Moisés los había llevado a una muerte segura. Tenían a los egipcios detrás de ellos y adelante el Mar Rojo. Entonces Moisés le da una palabra al pueblo que sigue resonando hasta hoy en nuestros oídos: “No temáis; estad firmes, y ved la salvación que Jehová hará hoy con vosotros… Jehová peleará por vosotros, y vosotros estaréis tranquilos” (vs. 13a-14). Y el pueblo dijo: “¿¡Aleluya…!?” ¡¡No!! Todavía  seguían incrédulos.

Ante esta situación, Moisés en vez de ir hacia adelante se puso a orar. Y Dios le da una respuesta que nos puede sorprender: “¿Por qué clamas a mí?” ¿Acaso Dios ya no quería escucharlo? ¿Se había cansado de sus oraciones? No. Dios le responde de esta manera porque ya le había dado la dirección que necesitaba. Ahora era tiempo de creer en su promesa y actuar.

Moisés obedeció, el pueblo cruzó en seco, y los egipcios murieron ahogados. ¡Tremada obra de nuestro Dios Omnipotente!

Cuando el Señor responde una oración, no espera que dudemos y permanezcamos inmóviles, sino que nos movamos con fe. Claro que podemos seguir orando, alabando, adorando y dando gracias, ¡mientras marchamos! Si Dios nos pide que avancemos y nos quedamos orando, se nos cuenta como desobediencia.

¿Has recibido una palabra de Dios? Es hora de actuar con fe. No permitas que tus miedos, dudas, comodidad, inseguridad te paralicen. Marcha hacia adelante, que la promesa también es para ti: “No temáis; estad firmes, y ved la salvación que Jehová hará hoy con vosotros… Jehová peleará por vosotros, y vosotros estaréis tranquilos.”

Pastor Pablo Giovanini

compartir por messenger
compartir por Whatsapp