“Cuando comenzó a reinar era de treinta y dos años, y reinó en Jerusalén ocho años; y murió sin que lo desearan más. Y lo sepultaron en la ciudad de David, pero no en los sepulcros de los reyes”. 2 Crónicas 21:20.

Un epitafio es la inscripción que se coloca en una lápida. Podemos encontrar información básica o incluso frases que resumen la vida de la persona o aquellas por las que quieren ser recordados. Por ejemplo, en la tumba de Martin Luther King se puede leer: “Libre por fin. Gracias Dios Todopoderoso. Libre por fin”. En la del astrónomo Jack Horkheimer: “Seguir mirando arriba fue la frase que describió mi vida; no puedo hacer mucho más en mi posición actual”.  Otras son más graciosas: “Desde aquí no se me ocurre ninguna fuga” (Bach – Músico). “Luciano, aquí te espero” (mensaje de una mujer a su marido). “Aquí descansa Pancrazio Juvenales, buen esposo, buen padre, mal electricista…”

En las catacumbas romanas se han encontrado los primeros epitafios de mártires cristianos. Se puede leer: “No llores, hijo mío; la muerte no es eterna”. “Prima, tú vives en la gloria de Dios y en la paz de nuestro Señor Jesucristo”. “Ágape, vivirás para siempre”. Son frases llenas de esperanza que recuerdan la promesa de la vida eterna.

El rey Joram de Judá, hijo de Josafat, fue un mal rey. “Anduvo en los caminos de los reyes de Israel” (v. 6), es decir, conducido por la idolatría, hechicería, corrupción, asesinatos e injusticia. Para colmo, se casó con Atalía, hija de Acab y Jezabel… Imagínese el resto. Como nunca quiso arrepentirse, el profeta Elías le envió una carta para comunicarle una sentencia final de parte de Dios: “He aquí Jehová herirá a tu pueblo de una gran plaga, y a tus hijos y a tus mujeres, y a todo cuanto tienes; y a ti con muchas enfermedades…” (vs. 14-15). Su final se recuerda con estas palabras: “Murió sin que lo desearan más”. Dejó esta vida sin que nadie lo lamentara. ¡Qué final triste!

¿Cómo nos gustaría ser recordados? ¿Cuál sería la frase que describiría nuestra vida? Cuando recibimos a Cristo como Salvador encontramos el propósito de nuestra existencia.

¿Estás viviendo dándole lo mejor de tu vida al Señor? ¿Estás sembrando en otros la esperanza que Dios depositó en tu alma? Que hoy mismo puedas estar haciendo una diferencia para la gloria de Dios.

“Considera al íntegro, y mira al justo; porque hay un final dichoso para el hombre de paz”. Salmo 37:37.

Cortesía Pastor Pablo Giovanini Iglesia Cristiana Renacer Lynn

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