“Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos!” Filipenses 4:4.

Tenemos un mandato del Señor que cumplir hoy: Regocijarnos… ¡Regocijarnos! Esta palabra en griego es jaíro que significa “estar alegre, calmadamente bien, gozoso”. Además está en imperativo, lo que significa que debemos hacerlo aunque no estemos pasando por el mejor momento.

No es lo mismo que Salomón te anime a regocijarte mientras está rodeado de lujos, bendiciones materiales, estrenando un nuevo templo y en paz con todas las naciones vecinas, que te lo diga el apóstol Pablo desde una fría cárcel romana. No es fácil regocijarse si estás en sus zapatos. Pero Pablo nunca te va a decir que hagas algo que él no haya hecho bajo las mismas circunstancias.

Los filipenses sabían muy bien cómo Pablo y Silas habían comenzado la iglesia en su ciudad. Recién llegados a Filipos fueron arrestados, azotados, los metieron en la celda más segura y además en un cepo. En estas circunstancias Pablo y Silas no se quejaron, no maldijeron, sino que comenzaron a cantar alabanzas a Dios, entonces sobrevino un gran terremoto que sacudió los cimientos de la cárcel y al instante se abrieron todas las puertas, y las cadenas de todos se soltaron. ¡Hay poder en la alabanza! ¡Dios hace cosas tremendas cuando decidimos regocijarnos en Él!

¿Estás atravesando un momento difícil? Haz como Pablo, deja que el Espíritu Santo afirme tu corazón y tus pensamientos en estas verdades que te traerán gozo:

– Eres un hijo adoptado de Dios. Nunca jamás estarás solo.
– Los propósitos de Dios se están cumpliendo en tu vida.
– Ninguna prueba es eterna; esto también pasará y verás la salida que Dios proveerá.
– Estás influenciando a otros. A tu lado hay alguien que te está mirando, que te conoce y sabe cuán genuino es tu gozo. Tus palabras tendrán un peso diferente porque están respaldadas por tu conducta.

La vida no siempre funciona de la manera que deseamos. El Señor mismo nos dijo que atravesaríamos momentos difíciles, pero también sabemos que Su gozo es nuestra fuerza.

Este día puede ser diferente si estás dispuesto a regocijarte.

Cortesía Pastor Pablo Giovanini Iglesia Cristiana Renacer Lynn

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