¿Cuál sería tu respuesta si Dios te preguntara ahora mismo: “Pídeme lo que quieras que te dé”? Tienes solo 20 segundos para pensarlo y escribirlo aquí. Mi petición es: …………………………………………….

Que Dios nos libre de pensar jamás que Él es como el gordito que viste de color rojo en Navidad, que una vez al año recibe una lista de deseos y caprichos humanos.

En una oportunidad, Dios le dijo a un joven rey que le concedería lo que le pidiera: “Y aquella noche apareció Dios a Salomón y le dijo: Pídeme lo que quieras que yo te dé”. 2 Crónicas 1:7. El propósito de Dios era probar el corazón de Salomón para saber cuáles eran sus prioridades, qué era lo más importante para él.

Salomón salió aprobado. Su petición se ajustaba perfectamente al plan de Dios para su vida: “Y Salomón dijo a Dios: Tú has tenido con David mi padre gran misericordia, y a mí me has puesto por rey en lugar suyo… Dame ahora sabiduría y ciencia, para presentarme delante de este pueblo; porque ¿quién podrá gobernar a este tu pueblo tan grande?” (vs. 8,10). Observe que este joven no deseaba sabiduría para prosperar en los negocios o conseguir prestigio y fama. Él quería agradar a Dios, honrarlo y llevar a cabo su tarea con excelencia.

Dios le dio más de lo que le había pedido. No olvidemos que todo lo que tuvo Salomón fue exclusivamente por obra de Dios: “Y dijo Dios a Salomón: Por cuanto hubo esto en tu corazón, y no pediste riquezas, bienes o gloria, ni la vida de los que te quieren mal, ni pediste muchos días, sino que has pedido para ti sabiduría y ciencia para gobernar a mi pueblo, sobre el cual te he puesto por rey, sabiduría y ciencia te son dadas; y también te daré riquezas, bienes y gloria, como nunca tuvieron los reyes que han sido antes de ti, ni tendrán los que vengan después de ti”. (vs. 11-12).

Después de haber leído este devocional te vuelvo a preguntar: ¿Cuál sería tu respuesta si Dios te preguntara ahora mismo: “Pídeme lo que quieras que te dé”? Y no vale “copiarse” de Salomón para que Dios te dé riquezas, bienes y gloria… Tu respuesta debería ajustarse al propósito que Dios tiene con tu vida.

Si estás dudando en qué responder, lo mejor sería ir a Dios y preguntarle: “Señor, ¿qué es lo que realmente debería pedirte?”

Cortesía Pastor Pablo Giovanini Iglesia Cristiana Renacer Lynn

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