“Después de él Baruc hijo de Zabai con todo fervor restauró otro tramo, desde la esquina hasta la puerta de la casa de Eliasib sumo sacerdote”. Nehemías 3:20.

Nehemías había venido desde Susa para dirigir la reconstrucción del muro de Jerusalén. La obra les llevó 52 días de trabajo intenso y culminaron con una fiesta de inauguración extraordinaria en donde dos coros cantaron sobre las murallas.

La construcción la realizó el pueblo porque era una tarea de todos. Cada familia se encargaba de la parte que estaba más cerca de su casa, aunque podría dividir al pueblo en tres grupos según la actitud que tuvieron frente al trabajo.

El grupo “término medio”. La mayoría, tal vez un 80% según los investigadores, hacían la tarea con responsabilidad y cuidado, cumpliendo con la parte que Nehemías les había asignado, pero ni más ni menos.

El grupo perezoso. Los más destacados del pueblo fueron los que menos trabajaron. “Los hombres de Tecoa reconstruyeron la siguiente parte; pero sus grandes no se prestaron para ayudar a la obra del Señor” (v. 5). ¡¿Qué pasó con los “grandes”…?! La palabra hebrea para “grande” es addir, que significa “poderoso, eminente, líder, gobernante, noble”. Es increíble que los que tenían cierta posición de autoridad, se creyeran tan grandes que no hicieron su parte.

El grupo entusiasta. ¡Aquí está Baruc! Este hombre restauró su parte “con todo fervor”. Puedo imaginármelo animando a su familia, trabajando todos con una sonrisa y cantando mientras se construía. Necesitamos gente como ellos, que nos recuerden que cuando trabajamos para el Señor debemos hacerlo con responsabilidad, excelencia y gozo. ¡Con diez Baruc cambiamos el mundo!

¿En qué grupo te encuentras? Los entusiastas son los que hacen la diferencia. Ellos trabajan con motivación y conciencia de dar lo mejor al Señor. Nada les parece demasiado cuando se trata de hacer la obra de Dios. Son los que siguen el consejo del apóstol Pablo: “En lo que requiere diligencia, no perezosos; fervientes en espíritu, sirviendo al Señor”. Romanos 12:11.

Cortesía Pastor Pablo Giovanini Iglesia Cristiana Renacer Lynn

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