“Ahora, así dice Jehová, Creador tuyo, oh Jacob, y Formador tuyo, oh Israel: No temas, porque yo te redimí; te puse nombre, mío eres tú”. Isaías 43:1.

Dios fue el Creador de Jacob. Hubo una profecía antes de su nacimiento que decía que “el mayor serviría al menor”. Además de formarlo en el vientre de su madre, también tenía preparado un plan para su vida.

Jacob, el hijo menor de Isaac, anheló siempre la bendición de Dios, aunque sus métodos para obtenerla dejaban mucho que desear. Su nombre significa “suplantador, engañador”. Aprovechó el hambre de su hermano para que le vendiera la primogenitura por un plato de lentejas. Años más tarde, cuando Isaac estaba en sus últimos días de vida, llamó a Esaú para darle su bendición, y Jacob se hizo pasar por él para obtenerla. Esta situación le llevó a huir a Harán, escapando de la ira de su hermano.

A pesar de todo, Dios tuvo misericordia de Jacob y después de luchar con un ángel y salir victorioso, su nombre es cambiado por Israel, que significa “el que lucha con Dios”. “Y el varón le dijo: No se dirá más tu nombre Jacob, sino Israel; porque has luchado con Dios…” (Gn. 32:28). Poco tiempo después, él mismo levanta un altar al Señor y lo llama “El Dios de Israel” (Gn. 33:20).

A partir del cambio del nombre, Dios fue el “Formador de Israel”, llevándolo por un proceso constante de transformación, dándole una nueva identidad. Israel, el ex Jacob, debía someter su orgullo, sus artimañas, sus engaños, su astucia, para depender de Dios en todo. Así fue transformado en el líder de un pueblo que Dios también estaba formando. Lo llevó a Egipto junto con todos sus hijos y nietos para multiplicarlo y sacarlo con mano poderosa para conquistar Canaán. ¡Dios fue el Formador de Israel!

Dios también ha sido el Creador tuyo y tu Formador. Cada evento en tu vida es parte de Su plan. Las cosas buenas y no tan buenas, las pruebas, las presiones, todo sirve para seguir formándote. Así que no desesperes, Dios no ha terminado todavía.

Hoy es un día que está conectado con los propósitos que Dios espera cumplir en tu vida. Permítele que no solo sea el Dios Creador tuyo, sino también tu Formador.

Cortesía Pastor Pablo Giovanini Iglesia Cristiana Renacer Lynn

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