“Jehová te pastoreará siempre, y en las sequías saciará tu alma, y dará vigor a tus huesos; y serás como huerto de riego, y como manantial de aguas, cuyas aguas nunca faltan”. Isaías 58:11.

¡Cuántas bendiciones contiene este versículo! Isaías comienza mencionando que el Señor es nuestro Pastor y que siempre estará a nuestro lado para cuidarnos. Luego continúa diciendo que Él “sacia el alma”. La palabra “saciar” en hebreo es saba que significa “llenarse a satisfacción, tener abundancia, colmar”. Todo lo que nuestro ser interior necesite lo provee el Señor ¡y en abundancia! Nuestra alma se puede fatigar, entristecer, quebrantar, llenar de ansiedad, pero nuestro Pastor saber atender cada necesidad y darnos protección, paz, consuelo, esperanza y gozo.

El Señor se encargará de nuestros tiempos de sequía. Cuántas veces hemos atravesado desiertos de los que pensamos que nunca saldríamos. Sin embargo, nuestras vidas recuperaron ese verdor y volvieron a ser fructíferas luego de ser tocadas por Dios.

Dará vigor a tus huesos. Él nos promete renovar nuestra vitalidad, recibir nuevas fuerzas, nuevo vigor para mantenernos firmes.

Seremos como un huerto regado y como un manantial al que nunca le faltará el agua. Aquel que es refrescado por Dios tiene la capacidad de entender al que necesita esa agua fresca y sabe guiar a la Fuente que puede saciar toda vida.

Aprópiate de estas bendiciones. Aunque las fuerzas no estén de tu lado en este momento, di desde lo más profundo de tu ser: “¡Jehová me pastoreará siempre, y en las sequías saciará mi alma, y dará vigor a mis huesos; y seré como huerto de riego, y como manantial de aguas, cuyas aguas nunca faltan!”

Ser una de las ovejas de Cristo es la condición más segura y alentadora que existe. Él nos conoce a cada uno de manera personal y nos llama por nuestro nombre, cuidando y guiando nuestros pasos a través de esta vida.

Cortesía Pastor Pablo Giovanini Iglesia Cristiana Renacer Lynn

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