“¡Aleluya!” 

“Y oí como la voz de una gran multitud, como el estruendo de muchas aguas, y como la voz de grandes truenos, que decía: ¡Aleluya, porque el Señor nuestro Dios Todopoderoso reina!” Apocalipsis 19:6.

¿Sabías que la Biblia te menciona a ti? Aunque tu nombre no aparezca específicamente, estás entre la gran multitud de los salvos por Jesucristo que dirán ¡Aleluya!, y alabarán eternamente al único Redentor de la humanidad.

“Aleluya” es una palabra compuesta por dos palabras hebreas: Halal, que significa “hablar elogiosamente, celebrar, alborotar, glorificar grandemente, gritar” y Yah que es una abreviatura o contracción de la palabra Jehová.

La palabra aleluya estaba asociada con las personas que servían en el tabernáculo alabando a Dios por la mañana y por la tarde (1 Crónicas 23:30). Los salmistas la usaban para impulsar, movilizar, animar a alabar a Dios, incluyendo con instrumentos musicales. “Alabadle a son de bocina; alabadle con salterio y arpa. Alabadle con pandero y danza; alabadle con cuerdas y flautas. Alabadle con címbalos resonantes; alabadle con címbalos de júbilo. Todo lo que respira alabe a JAH. Aleluya.” (Salmo 150:3-6). Así es como durante toda la historia de Israel y de la Iglesia de Cristo, la palabra aleluya ha sido la expresión más significativa para alabar a Dios.

Cuando estemos por la eternidad con Cristo, según Apocalipsis 19, vamos a seguir usando esta palabra, sobre todo porque veremos que sus propósitos eternos se cumplieron a la perfección y porque Él estuvo y siempre estará sentado en su trono reinando. “Reinará Jehová para siempre; tu Dios, oh Sion, de generación en generación. Aleluya”. (Salmo 146:10).

Cada vez que veas a Dios obrar, glorifícale, celebra, di: ¡Aleluya! Dios merece ser alabado por cada intervención en nuestras vidas. “Aleluya. Alabad a Jehová, porque él es bueno; porque para siempre es su misericordia”. (Salmo 106:1).

Comienza a ensayar la canción que todos los que hemos recibido a Cristo como Salvador vamos a entonar al unísono por la eternidad: “¡Aleluya, porque el Señor nuestro Dios Todopoderoso reina!”

Pastor Pablo Giovanini

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