“Demás me ha desamparado, amando este mundo, y se ha ido a Tesalónica. Crescente fue a Galacia, y Tito a Dalmacia… En mi primera defensa ninguno estuvo a mi lado, sino que todos me desampararon; no les sea tomado en cuenta. 2 Ti. 4:10,16.

El apóstol Pablo, en un momento de su ministerio se sintió desamparado. Su compañero de servicio Demas, que en otras cartas es mencionado enviando saludos a varias iglesias, ahora se había ido… ¡al mundo! Los demás amigos y compañeros estaban en otros lugares. Y el momento más difícil para Pablo fue cuando tuvo que presentarse ante la justicia por causa del evangelio y dice que “ninguno estuvo a mi lado”. 

Sin embargo, no solo expresó su sentir, sino también la respuesta del Señor a su necesidad: “Pero el Señor estuvo a mi lado, y me dio fuerzas” (v.17).

Creo que la mayoría de nosotros sabemos de qué se trata el desamparo. Todos lo podemos haber experimentado en mayor o menor medida y por diferentes circunstancias. Hasta el mismo Señor Jesús en la cruz le preguntó al Padre: “¿Por qué me has desamparado?” 

Pero aunque este sentimiento es muy real, también es real que el Señor jamás se va de nuestro lado. Esta es una de sus promesas: “Yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo”. Mateo 28:20. Cada hijo de Dios puede estar seguro de que el Señor nos acompañará siempre, y nos guiará a encontrar la salida en tiempos de oscuridad.

¿Te estás sintiendo desamparado? ¿Piensan que nadie se ocupa de ti, que Dios está lejano? Recuerda que las promesas que hemos mencionado se escribieron para ti también. Dios nunca nos desampara. Él está cumpliendo sus propósitos en los que le aman. Mantén en tu memoria sus palabras: “No te desampararé, ni te dejaré”. Hebreos 13:5.

Cortesía Pastor Pablo Giovanini Iglesia Cristiana Renacer Lynn

compartir por messenger
compartir por Whatsapp