“…no os entristezcáis, porque el gozo de Jehová es vuestra fuerza”. Nehemías 8:10b.

Nehemías y Esdras tuvieron mucho trabajo que hacer durante el retorno de Judá a Jerusalén después de haber vivido muchos años en Babilonia. Habían terminado de reparar el muro de la ciudad, los enemigos ya no los dominaban, pero ahora había que afirmar la relación con Dios. Entonces se reunieron en la plaza pública y Esdras comenzó a leer la Palabra de Dios. ¡Qué nostalgia sintió el pueblo! “Como todo el pueblo lloraba al escuchar las palabras de la ley, el gobernador Nehemías, el sacerdote y escriba Esdras, y los levitas que explicaban al pueblo el sentido de la ley, dijeron: Este día está consagrado al Señor, nuestro Dios. ¡No hay razón para que lloren y se pongan tristes!” (v.9).

Muchos recordaban lo que había sido su país antes de la devastación y lo que habían perdido por haberse alejado de Dios. Ante el llanto de arrepentimiento y quebranto de corazón, Esdras y Nehemías le dicen al pueblo que no debían sentirse tristes sino gozarse por lo que Dios iba a hacer. Era un nuevo tiempo. El pasado quedaba atrás y había que mirar hacia adelante con fe.

Según los diccionarios bíblicos, el gozo es “la alegría permanente que cada integrante de la Iglesia de Cristo está llamado a experimentar”. “No es simplemente una emoción, sino calidad de vida basada en la eterna y segura relación del hijo de Dios con su Padre Celestial”. Si nuestra relación con Dios es ininterrumpida, también lo será su gozo en nuestra vida.

El gozo genuino es posible por el Espíritu Santo que vive en nosotros. “Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo…” (Gálatas 5:22). Cuando leemos acerca del estado de ánimo de los creyentes de la iglesia de Hechos, siempre “estaban llenos de gozo y del Espíritu Santo.” (Hechos 13:52). Era una característica que identificaba a cada discípulo.

El gozo no viene como resultado de que todo marche bien en nuestra vida, sino por el contrario, el gozo del Señor es el ingrediente necesario para poder atravesar cada situación diaria. El gozo es nuestra “fuerza”. Esta palabra en hebreo es maóz que significa “lugar fortificado, defensa, fortaleza, fuerte, peñasco, refugio”. Proviene de otra palabra que significa “ser resistente”. El gozo que viene del Espíritu Santo nos hace más “resistentes” a la hora de enfrentar pruebas y tribulaciones.

Permítele al Espíritu Santo que te llene de gozo y experimentarás una fortaleza sobrenatural para enfrentar las circunstancias que debas atravesar. Cuando te sorprenda alguna situación difícil, recuerda: “¡El gozo del Señor es tu fortaleza!”

Cortesía Pastor Pablo Giovanini Iglesia Cristiana Renacer Lynn

 

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