“Entonces se alegró el rey en gran manera a causa de él, y mandó sacar a Daniel del foso; y fue Daniel sacado del foso, y ninguna lesión se halló en él, porque había confiado en su Dios.” Daniel 6:23.

Desde niños conocemos la historia de Daniel en el foso de los leones. Este hombre de Dios ya anciano, tal vez tenía unos 80 años, tuvo que pasar por una prueba muy dura: la acusación de sus compañeros de trabajo. Tú sabes, no todos los que parecen amigos realmente lo son.

Quisieron sacarse del medio a Daniel porque les molestaba su sabiduría, integridad y forma de trabajar. Cuando todos holgazaneaban, Daniel daba lo mejor de sí. Mientras los demás contaban sus andanzas del fin de semana, él se tomaba un break para orar. Claro, las diferencias eran notables, así que les pareció que lo mejor que podían hacer era deshacerse de él. Lo que no sabían sus enemigos era que si se metían con Daniel, realmente se estaban metiendo con Dios.

Daniel había “confiado” en su Dios. Esta palabra en hebreo es amán, que significa “rendirse, firme, fiel, permanecer, estar quieto, ir a mano derecha del ayo, llevado por la nodriza”. Se aplica a un niño que es llevado de la mano por su tutor. ¡Qué linda imagen para un hijo de Dios! No importa lo difícil que sea el camino, siempre podemos ir tomados de la mano del Señor.

Daniel bajó al foso de los leones agarrado de la mano de Dios, como un niño pequeño agarrado de la mano de su padre. Su confianza en Dios le daba seguridad. Además no era la primera vez que lo libraba de una situación imposible.

La historia bíblica nos dice que Daniel fue librado y sus enemigos devorados por los leones. Dios se encarga de hacer justicia en su tiempo y levanta la cabeza de sus hijos cuando han decidido mantenerse firmes y confiando en Él bajo cualquier circunstancia.

Difícilmente pasemos por una situación como la de Daniel, pero las presiones que sufrimos por la envidia y celos de otros todavía existen. No tengas temor de las amenazas e intimidaciones; sigue actuando con responsabilidad, ética y da lo mejor de ti. Dios siempre estará de tu parte cuando le honras con todo lo que dices y haces.

Daniel conocía la Palabra de Dios. Habrá leído muchas veces el Salmo 91:11-14. Así como Dios lo cumplió en su vida lo hará en la nuestra: “Pues él ordenará a sus ángeles que te protejan por donde vayas. Te sostendrán con sus manos para que tu pie no tropiece en piedra. Aplastarás feroces leones y serpientes bajo tus pies. El Señor dice: Rescataré a los que me aman; protegeré a los que confían en mi nombre”.
Cortesía Pastor Pablo Giovanini Iglesia Cristiana Renacer Lynn

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