“En el día que temo, yo en ti confío.” Salmo 56:3.

David era un guerrero temible, pero tuvo que pasar muchas veces por días en que sintió verdadero temor. Este Salmo lo escribió en uno de los momentos más críticos de su vida. Saúl lo estaba persiguiendo, había escapado milagrosamente de sus manos varias veces, pero esta vez parecía que no quedaban más lugares donde esconderse. Entonces David huye a territorio de los filisteos en donde lo apresan y es llevado ante el rey de Gat. Para salir bien librado de esta situación, David se hace pasar por loco (1 Samuel 21:13-15) y el rey termina echándolo de su presencia. Así escapa de una muerte segura.

Es interesante la palabra hebrea que usa David para mencionar su temor. Es la palabra yaqosh que significa “cazado, atrapado, enredado, enlazado”. La palabra se refiere a la captura de animales, principalmente de aves, pero se usa en sentido figurado para expresar cómo se siente una persona cuando es “capturada” por una situación no deseada. La pregunta para ese momento sería: “Y ahora, ¿cómo salgo de esta?”

Si usted lee la introducción de este Salmo dice: “Al músico principal; sobre la paloma silenciosa en paraje muy distante. Mictam de David cuando los filisteos le prendieron en Gat”. Parece que David se sentía como una paloma mensajera cazada a mitad de camino en un paraje distante sin saber lo que le iba a suceder. 

Aparentemente David escribe este Salmo antes de comparecer ante el rey, pidiendo auxilio y protección a Dios. El salmista confiesa sinceramente su debilidad al Señor y lo deja registrado, como si supiese que muchos, después de él, íbamos a pasar por esos días de temor. Sin embargo, también deja claro en quién tiene puesta su confianza: “En el día en que temo, yo en ti confío”.

Mucho más interesante es la palabra hebrea que usa David para expresar que en Dios “confía”. Es la palabra batah que significa literalmente “apresurarse a refugiarse”. Expresa un sentimiento de seguridad y protección.  David dice que cuando comienza a sentirse atrapado, sin salida, rápidamente corre a la presencia de Dios para refugiarse y estar seguro en Su protección y en la ayuda que le dará para enfrentar ese temor.

Tal vez hoy sea uno de esos días. El día en que temes, que pareces sentirte atrapado sin saber qué hacer. Te animo a poner ese sentimiento en las manos de Dios y tomarte fuertemente de sus promesas de protección, compañía y ayuda sobrenatural. Has tuyas estas palabras y repítelas cada vez que lo necesites: “En el día que temo, yo en ti confío.”

Cortesía Pastor Pablo Giovanini Iglesia Cristiana Renacer Lynn

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