“Tú, pues, hijo mío, esfuérzate en la gracia que es en Cristo Jesús”. 2 Timoteo 2:1.

Timoteo era parte del grupo de los introvertidos. Si tenía alguna debilidad era su timidez, vergüenza, miedo al qué dirán. Esto muchas veces fue un problema en su vida y en su ministerio. Desde muy joven comenzó a servir al Señor y en un momento el apóstol Pablo lo nombra pastor de la iglesia de Éfeso. ¡Tremenda responsabilidad para este joven retraído!

El apóstol nunca dudó de su amor a Dios, su fidelidad, su obediencia y su buen testimonio. Sabía que Dios lo había capacitado con talentos y dones para servirle. Lo que necesitaba era motivación para actuar con valentía. Varias veces Pablo le animó a no avergonzarse del evangelio y a no permitir que nadie le menospreciara por su juventud; que siguiera avanzando aun cuando las cosas se complicaran.

Tal vez Timoteo haya pensado: “Yo no puedo”. “Otros lo harían mejor”. “Estar delante de la gente me intimida”. ¿Te suena familiar? ¿Algunas veces han sido tus respuestas? Entonces estás incluido en el Timoteo’s Team.

Todos sabemos que cuando Dios nos llama a servirle o nos pide que hagamos algo no se equivoca. Además, su llamado siempre incluye capacitación de su Espíritu Santo. Esto es lo que hace el Señor, pero qué debemos hacer nosotros: Dar un paso hacia adelante. Dios no nos va a mover, debemos hacerlo nosotros. El secreto para avanzar en los momentos de dudas es: “¡Esforzarnos en la gracia!”

La palabra “esfuérzate” en el original griego es endynamoo, que significa “hacer fuerte, fortalecer, tomar fuerza”. La traducción más adecuada está en una palabra que ha sido aceptada por la Real Academia Española en 2014: “Empoderar”. Así es como el Señor nos habla a través de las palabras del apóstol Pablo: ¡Empodérate en la gracia que es en Cristo Jesús! ¡Revístete de poder, vigoriza tu espíritu con el dynamis del Espíritu Santo!

No se trata de nuestras fuerzas y capacidades, sino de buscar el poder que viene del Espíritu Santo. De Él vienen los recursos para hacer lo que nos parece imposible. ¡Aleluya!

Experimenta ese poder diariamente. Toma como prioridad buscarle al comenzar tu día y podrás decir como el apóstol Pablo: “¡Todo lo puedo en Cristo que me empodera!”

Cortesía Pastor Pablo Giovanini Iglesia Cristiana Renacer Lynn

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