“Vuestra gentileza sea conocida de todos los hombres. El Señor está cerca.” Filipenses 4:5.

La palabra griega para gentileza es epieikeia y puede traducirse como paciencia, suavidad, una mente tranquila, modestia, espíritu paciente, magnanimidad, sin la voluntad de litigar o contender. 

Una persona que manifiesta gentileza en su carácter no es combativo, contencioso, ni arrogante. Cuando se le presentan situaciones difíciles de resolver, somete su carácter al Espíritu Santo para actuar con paciencia, y cordialidad. La gentileza es parte del dominio propio.

Un ejemplo de esto lo encontramos en el encuentro de Jesús con la mujer que había sido sorprendida en adulterio (Juan 8:1-11). No tuvo palabras de condenación, intimidación o reprensión, porque no tuvo la intención de hacerla sentir avergonzada o rechazada. Aplicó suavidad en sus palabras, aunque dijo la verdad. “Ni yo te condeno. Vete y no peques más”.

Hay personas que son más afables que otras, más fácil de tratar, pero otras no. La exhortación del apóstol Pablo en este versículo es que debemos poner en práctica la gentileza con todos, con los fáciles de relacionarnos y con los difíciles de soportar. 

“El Señor está cerca”. Eso nos recuerda que estamos en los últimos tiempos donde el amor se enfriará, se perderá la fe, y los afanes de la vida tienden a hacernos olvidar lo importante. Estamos viviendo momentos en que todos los que nos rodean deberían poder ver a Jesús a través de nuestro carácter. Si Él fue gentil, nosotros debemos seguir sus pisadas. 

Permite que el Espíritu Santo hoy haga una evaluación de tu carácter y puedas ver cómo está tu gentileza. Deja que el Señor continúe transformando tu vida y haciéndote más como Él cada día. Tu vida, mi vida y la de cada hijo de Dios, debería manifestar en cada situación el carácter de Cristo.

Cortesía Pastor Pablo Giovanini Iglesia Cristiana Renacer Lynn

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