“¿Por qué andaré yo enlutado por la opresión del enemigo?” Salmo 42:9b.

Este Salmo lo escribió uno de los descendientes del levita Coré. Por sus palabras podemos saber que se encontraba deprimido. Menciona que sus lágrimas fueron su pan de día y de noche, y que su alma estaba abatida, pero con muchos deseos de experimentar a Dios.

En esos tiempos, una persona se vestía de luto cuando había perdido un ser querido, sus posesiones, su tierra o su libertad. Era una manera de exteriorizar su tristeza. Pero el salmista reflexiona: ¿Por qué voy a andar enlutado como si lo hubiera perdido todo cuando solo es el enemigo oprimiéndome? ¡Todavía no hay nada perdido!

La palabra opresión en hebreo es lákjats, que significa “aflicción, angustia, presión, acoso, aprieto, impedir”. Una de las estrategias de batalla era sitiar la ciudad que se pretendía tomar y obstruir sus accesos con el fin de que se rinda. Sin embargo, se podía contraatacar esa opresión, siempre y cuando el ejército tuviera las fuerzas, la motivación y los recursos para hacerlo.

Muchas veces nosotros pasamos por situaciones que debilitan nuestra fe y solo podemos anticipar una derrota. Pensamos que estamos perdidos incluso sin haber peleado. Así se sentía el hijo de Coré, hasta que reaccionó y se dijo así mismo: “No voy a vestirme tan rápido de luto cuando todavía no he peleado. Voy a enfrentar al enemigo”.

No des por perdida ninguna batalla hasta finalizarla. La historia nos dice que muchas veces el que parecía vencido se levantó con fuerzas nuevas y terminó siendo el vencedor. ¿Te acuerdas de la opresión de Goliat? Ya sabes quién rio último.

Tal vez hoy tu tanque de esperanza y valentía se encuentre vacío. Vuelve a recordar las promesas de Dios, piensa Quién está a tu lado en todas las batallas. Recupera tu confianza en el Todopoderoso. ¡Levántate en el nombre del Señor y deja a un lado la ropa de luto!

Cortesía Pastor Pablo Giovanini Iglesia Cristiana Renacer Lynn

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