“Los que trastornan el mundo”

 “Pero no hallándolos, trajeron a Jasón y a algunos hermanos ante las autoridades de la ciudad, gritando: Estos que trastornan el mundo entero también han venido acá”. Hechos 17:6.

¿Te hubiera gustado acompañar al apóstol Pablo en algunos de sus viajes misioneros? Sí, ya sé, el del naufragio no cuenta, no creo que a nadie le guste nadar en un mar frio y tempestuoso. ¿Y qué tal acompañarlo a Filipos? No… tampoco, eso de ser azotado y estar preso no parece muy emocionante. ¡Acompañémoslo entonces a Listra, el pueblo natal de Timoteo! Hummm, allí te apedrean… ¡Sí que es difícil promocionar un tour misionero con Pablo!

Durante su segundo viaje se dirigió con sus ayudantes a la ciudad de Tesalónica. Allí predicó un mensaje sencillo pero a la vez profundo: Jesús es el Cristo y ha resucitado. Muchos judíos y gentiles creyeron y nació una poderosa iglesia en ese lugar. Pero los judíos incrédulos se llenaron de celos y fueron a las autoridades del pueblo con una acusación llamativa: “Estos que trastornan el mundo entero también han venido acá”.

La palabra “trastornar” en griego es anastatóo que significa “agitar, perturbar, inquietar, dar vuelta”. Hoy diríamos “poner todo patas para arriba”. Pablo perturbaba el statu quo espiritual de todo el que se encontraba con él al mostrarles el camino que les permitiría alcanzar salvación.

Observa que ni el llamado de Pablo ni el nuestro tiene que ver con provocar una revolución política, social, económica o cultural, sino espiritual. Nuestra misión es predicar a Jesucristo como el único camino de salvación.

Déjame decirte que si estás viviendo de acuerdo con la voluntad de Dios, tu estilo de vida trastornará inevitablemente el statu quo de aquellos que viven en tinieblas. Puedes ser amable, benigno, diligente, solidario y misericordioso, pero aun así inquietarás a muchos. El mensaje que se te ha confiado pondrá al descubierto el corazón de todo el que te escuche.

Hoy, en el lugar donde estás, eres luz. “Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder.” (Mateo 5:14). La salvación que tú tienes debe convertirse en una expresión de la vida de Cristo dondequiera que te encuentres. Eres un instrumento de Dios.

Cortesía Pastor Pablo Giovanini Iglesia Cristiana Renacer Lynn

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