“¿O menosprecias las riquezas de su benignidad, paciencia y longanimidad, ignorando que su benignidad te guía al arrepentimiento?” (Romanos 2:4).

“Longanimidad” en griego es la palabra makrothumía, que significa “larga paciencia, lentitud para ajusticiar los agravios”. El apóstol Pablo es claro al decir que si Dios no castiga inmediatamente es porque tiene un propósito, y el propósito es guiar al arrepentimiento. A Dios le importa más que las personas vivan eternamente que aplicar rápidamente su justicia. Tiene todo el derecho de hacerlo, pero ha preferido la misericordia sobre el juicio para que muchos alcancen salvación.

El conocido predicador del siglo XIX Charles Spurgeon dijo en una oportunidad: “Me parece que cada mañana cuando un hombre despierta y se encuentra fuera del infierno, la luz del día parece decir: ‘Brillo sobre ti otro día para que te puedas arrepentir’. Cuando tu cama te recibe en la noche, creo que parece decir: ‘Te daré otra noche de descanso, para que puedas vivir, alejarte de tus pecados y confiar en Jesús’. Cada bocado de pan que llega a la mesa dice: ‘Yo tengo que sostener tu cuerpo para que tengas tiempo para arrepentirte’. Cada vez que abres tu Biblia, las páginas dicen: ‘Hablamos contigo para que te puedas arrepentir’. Cada vez que escuchas una palabra de Dios, ella te suplica que vuelvas al Señor y vivas”.

Cuando hablamos de la longanimidad de Dios, no solo se aplica al pecador que rechaza a Cristo. Como hijos de Dios muchas veces tomamos decisiones fuera de su voluntad, y el hecho de que las consecuencias de ignorar su Palabra no lleguen inmediatamente, no significa que el Señor las haya pasado por alto. No. Si Dios tiene paciencia con nosotros también es para darnos oportunidad de arrepentirnos.

Pero hay un límite para la longanimidad de Dios, porque Él no puede contradecir sus otros atributos como la santidad, la rectitud y la justicia. Por eso el Espíritu Santo nos habla una y otra vez, esperando producir convicción. Pero cuidado, porque si retrasamos el arrepentimiento, nuestro corazón comenzará a perder sensibilidad espiritual y llegaremos a reemplazar la voz del Espíritu Santo por nuestra propia voz, alejándonos lentamente del Señor.

Si Dios te habla hoy, hoy es el día para dar un paso más en el perfeccionamiento de tu santidad.

Cortesía Pastor Pablo Giovanini Iglesia Cristiana Renacer Lynn

compartir por messenger
compartir por Whatsapp