“Estar tranquilo” 

“Jehová peleará por vosotros, y vosotros estaréis tranquilos.” Éxodo 14:14.

El pueblo de Israel por fin salió de Egipto, pero poco después el ejército de Faraón estaba detrás de ellos y el Mar Rojo enfrente. No había forma de escapar, solo podían esperar lo peor. Pero Dios habló: “Yo pelearé esta batalla por ustedes”. Cuántas veces nosotros hemos leído, creído y aplicado esta promesa a una situación de necesidad.

Si prestas atención al versículo, la primera parte incluye una acción de Dios, que es en la que siempre nos concentramos, pero luego menciona algo que se espera de nosotros. Mientras el Señor pelea nuestras batallas, nosotros debemos estar tranquilos.

La palabra tranquilo en hebreo es shacát que significa “reposar, cesar, descansar, paz, quietud, sosiego”. Hay versiones que traducen esta parte del versículo “vosotros estaréis quietos”, y otras “vosotros estaréis callados”. Si de verdad permanecemos tranquilos dejaremos de decirle a Dios cómo debe hacer las cosas. Si creemos que Dios peleará por nosotros, entonces debemos descansar confiados.

El autor del libro de Hebreos menciona que Israel vio a Jehová pelear sus batallas, pero nunca pudieron permanecer tranquilos, nunca pudieron entrar al reposo, al descanso por la fe, y nos exhorta a nosotros hoy: “Temamos, pues, no sea que permaneciendo aún la promesa de entrar en su reposo, alguno de vosotros parezca no haberlo alcanzado. Porque también a nosotros se nos ha anunciado la buena nueva como a ellos; pero no les aprovechó el oír la palabra, por no ir acompañada de fe en los que la oyeron.” (Hebreos 4:1-2).

Cuando nuestra fe tambalea, no solo podemos tomar malas decisiones, sino también muy costosas. Los israelitas vagaron cuarenta años en el desierto porque la nación permitió que la incredulidad se impusiera a la fe en las promesas de Dios. Si creemos que Él se encarga de nuestras batallas, entonces vivamos como si ya hubiésemos vencido. Así es como se manifiesta la fe verdadera.

Mientras Dios pelea la batalla por ti, exáltale por su grandeza, alábalo por sus proezas, adórale por su fidelidad, agradécele antes de la victoria. ¡Tranquilo, que Dios es experto en ganar batallas que parecen perdidas!

Cortesía Pastor Pablo Giovanini Iglesia Cristiana Renacer Lynn

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