“Te ruego, oh Jehová, esté ahora atento tu oído a la oración de tu siervo, y a la oración de tus siervos, quienes desean reverenciar tu nombre”. Nehemías 1:11a.

Nehemías es uno de mis personajes favoritos de la Biblia. Admiro su honestidad, sensibilidad, integridad, diligencia, devoción y entusiasmo por hacer la obra de Dios.

Después de enterarse de la deplorable situación de Jerusalén, lo primero que hizo Nehemías fue orar. Por favor, lee todo el capítulo uno de su libro y encontrarás detalles que te permitirán descubrir su corazón.

Creo que es cierta la famosa frase que dice que “podemos encontrar de todo en la viña del Señor”, y aunque normalmente se menciona cuando tenemos la atención puesta sobre algo negativo, personalmente prefiero enfocarme en ese grupo de cristianos sinceros que se destaca por el gozo que experimentan al honrar a Dios en todo tiempo. Son como Nehemías, nada los hace retroceder; pueden enfrentar desafíos, oposición, pruebas, tentaciones y seguirán amando al Señor y determinados a hacer su voluntad. Nehemías los llama los “siervos que desean reverenciar el nombre de Dios”.

Esta frase merece profundizarse. En primer lugar, la palabra deseo, jafets en hebreo, es mucho más que una simple apetencia o gusto, significa “deleitarse, estar complacido, agradado, tener placer, contentamiento, delicia”. La palabra reverenciar en hebreo es yare que significa “temer, respetar, honrar, tener en estima”. Nehemías está diciendo que él es parte del grupo que se deleita con gran placer en honrar a Dios con todo lo que hace. ¡Cómo Dios no va a respaldar a los que tienen tal corazón!

Los que se complacen en honrar a Dios no son los que esperan que el Señor lo arregle todo, o quienes esperan que alguien más se ocupe de las necesidades, son lo que oran: “¡Dios, úsame a mí!”

Nehemías acudió al Señor, le presentó el problema y se puso a su disposición para hacer lo que fuera necesario. Actuó en fe confiando que Dios lo respaldaría y animó a otros a que se unieran a él. La historia dice que en solo 52 días terminaron la reconstrucción del muro de Jerusalén, Dios les dio la victoria sobre sus enemigos y recuperaron su dignidad.

Déjame preguntarte: ¿Eres parte del grupo de los siervos que se deleitan en honrar a Dios?

Cortesía Pastor Pablo Giovanini Iglesia Cristiana Renacer Lynn

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