Parece increíble que unos microscópicos virus alteren todo el sistema global. Todo se ha vuelto inestable, incluyendo las almas de las personas. Lo que hace un tiempo atrás parecía firme y seguro, hoy ya no lo es. El dinero, los bienes materiales, las posiciones sociales no dan seguridad. El coronavirus no hace acepción de personas. La gente vive con miedo, inseguridad, espanto, psicosis colectiva.

Hay una diferencia evidente en los verdaderos hijos de Dios, estamos seguros sobre una Roca firme e inamovible donde hemos establecido el cimiento de nuestra fe. El producto de esta fe es paz verdadera que sobrepasa al entendimiento humano. 

Hay una historia en el libro de Ilustraciones de Samuel Vila que siempre me llamó la atención y quiero compartirla con ustedes. Dice que hubo dos artistas que pintaron la paz desde su punto de vista. Uno de ellos pintó una escena de tranquilidad en el campo con una casa en el medio del paisaje. Al lado de la casa se extendían campos fértiles. Una fina neblina cubría el valle. Hasta parecía que se podía oír el susurro de las espigas de trigo golpeándose entre ellas movidas por una leve brisa. Unas cuantas vacas comían bajo la sombra de los árboles. El sol daba color a esa escena de paz y sosiego. 

El otro artista dio una representación totalmente distinta de la paz. Su pintura reflejaba una gran tempestad. Al pie de una montaña los árboles se encorvaban por el viento furioso. El cielo era gris, sombrío y triste, solo iluminado por la luz de los relámpagos. Un torrente de agua parecía cubrir el valle. ¿Cómo este artista podía considerar esta escena como una representación de la paz? Bueno, al abrigo de una enorme roca, cerca de un precipicio, había un pajarito en su nido, tranquilo. Tenía paz, a pesar de la tormenta.

Muchas veces vamos a tener que pasar por tormentas, pero nuestra fe en la protección del Todopoderoso es lo que nos mantendrá firmes. Estamos en la Roca. Dice el Salmo 18:2: “Jehová, roca mía y castillo mío, y mi libertador; Dios mío, fortaleza mía, en él confiaré; mi escudo, y la fuerza de mi salvación, mi alto refugio.”

En este versículo encontramos ocho características de Dios por las que podemos estar confiados.

  1. Roca mía. Todo a nuestro alrededor se puede desmoronar, volverse inestable, pero los que confían en la protección de Dios permanecen firmes.
  2. Castillo mío. Hace alusión a una ciudad protegida contra los ataques del enemigo. Dentro de una ciudad fortificada tenían todo lo que necesitaban para poder vivir en medio de los ataques. Así Dios protege a sus hijos.
  3. Mi libertador. Podemos estar pasando pruebas severas, pero serán temporales. Dios siempre tiene una salida.
  4. Dios mío. Tenemos una relación personal con Dios a tal punto que podemos decir “mío”. Esa relación de Padre e hijo nos da seguridad de que Él siempre cuidará de nosotros.
  5. Fortaleza mía. La fortaleza era un gran muro de protección. Nadie podía pasar a través de él. Quienes estaban dentro de la fortaleza podían dormir tranquilos porque la protección y seguridad eran máximas. Dios es el muro de protección para su pueblo.
  6. Mi escudo. Ya sabemos por Efesios 6:16 (“Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno”) que el diablo va a aprovechar todo tipo de circunstancias para lanzarnos sus dardos: pensamientos que intranquilidad, de desconfianza, de miedo, de soledad. ¡Pero podemos detenerlos a través la fe puesta en Aquel que es mayor que el que está en el mundo!
  7. La fuerza de mi salvación. Los que hemos sido salvos por Cristo, tenemos también la fuerza sobrenatural de su Espíritu para poder sobrellevar toda circunstancias. Dios nos capacita con fuerzas extraordinarias. “Cuando los muchachos se cansan y fatigan, los que esperan en Dios tendrán nuevas fuerzas”.
  8. Mi alto refugio. Un lugar de protección, bien alto. Cuando más alto estamos, más lejos vemos. Por fe podemos ver que la tormenta terminará y las nubes oscuras darán paso a la luz del sol. 

Isaías 26:3: “Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado.” Ahí radica el secreto de nuestra fortaleza.

Cortesía Pastor Pablo Giovanini
Iglesia Cristiana Renacer en Lynn, MA

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