“Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos.” Efesios 5:15-16.

Si realmente anhelamos ser sabios en todo, debemos considerar seriamente esta exhortación del apóstol Pablo. No necesitamos un devocional para saber que los días son malos, pero debemos preguntarnos si realmente estamos aprovechando bien el tiempo.

La palabra griega para “aprovechar” es exagorazo que significa “comprar, rescatar, redimir, liberar”. Esta frase se usa también con el sentido de “comprar una oportunidad”. Por supuesto que el tiempo no se puede comprar, pero ¿cuánto pagarías por un día más de vida? Tu respuesta manifestará el valor que le das a tu tiempo. Estoy seguro que si tuviéramos que pagar por él, lo invertiríamos mucho mejor.

Hay tres verdades que siempre deberíamos tener presentes a la hora de decidir cómo usar el tiempo:
– “El tiempo no nos pertenece”. Es un regalo de Dios, por lo tanto, Él tiene derecho de involucrase en nuestra vida y es sabio acudir al Señor para pedir que nos guíe.
– “El tiempo es irreversible”. No vuelve atrás. Es breve. Nuestra vida tiene principio y fin.
– “El tiempo no se ahorra, se invierte”. No es dónde lo guardo, sino cómo lo uso.

Alguien dijo en una oportunidad que “apoderarse del día es difícil para la mayoría e imposible para algunos. Por lo tanto, cuando el día se apodera de mí, cuando las cosas se salen de control, es el momento de detenerme y orar para pedir más sabiduría”.

Nunca es demasiado tarde para poner en orden las próximas 24 horas, y las siguientes… Pon tu confianza en el Señor, pídale que te guíe, y podrás experimentar la satisfacción de un día bien vivido.

Cortesía Pastor Pablo Giovanini
Iglesia Cristiana Renacer en Lynn, MA

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