“Dijo, pues, Jonatán a su paje de armas: Ven, pasemos a la guarnición de estos incircuncisos; quizá haga algo Jehová por nosotros, pues no es difícil para Jehová salvar con muchos o con pocos”. 1 Samuel 14:6.

Jonatán no se parecía en nada a su padre Saúl; tenía otra manera de ver las cosas y confiaba completamente en Dios. Mientras su padre estaba preocupado por mantener su puesto de rey, Jonatán estaba enfocado en ganar batallas para la gloria de Dios.

En cierta ocasión se atrevió a invadir al enemigo solo con su paje de armas. La manera en que decidió atacarlos fue irrisoria, pero creía en lo que Dios podía hacer. La declaración de Jonatán habla por sí misma: “No es difícil para Jehová salvar con muchos o con pocos”.

Para llegar a la guarnición filistea Jonatán cruzó un paso entre dos peñascos y su paje de armas se mantuvo detrás de él. “Y subió Jonatán, trepando con manos y pies, y seguido por su escudero, y empezó a luchar contra los filisteos; a los que caían delante de él, su escudero los mataba. En esa primera lucha mataron como a veinte hombres en un espacio reducido. Entonces el pánico se apoderó de todo el campamento… Los filisteos estaban tan confundidos que unos a otros se atacaban con sus espadas.” (Vs. 13-15,20).

¡Dios le dio la victoria a Israel porque dos personas confiaron en su poder! El Señor respaldó las palabras que Jonatán le habló a su escudero: “Ven, sígueme, porque Jehová los ha entregado en manos de Israel” (v. 12).

Dios sigue respaldando a los que confían en Él. Hay batallas que deberemos enfrentar solo con el Señor, y otras en las que tendremos que unirnos a otros. Jesús dijo: “Otra vez os digo, que si dos de vosotros se pusieren de acuerdo en la tierra acerca de cualquiera cosa que pidieren, les será hecho por mi Padre que está en los cielos.” (Mateo 18:19).

Cortesía Pastor Pablo Giovanini
Iglesia Cristiana Renacer en Lynn, MA

compartir por messenger
compartir por Whatsapp