“Me levantaré e iré a mi Padre”

“Me levantaré e iré a mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti”. Lucas 15:18.

El hijo pródigo tuvo que tocar fondo. Cuando se dio cuenta de la situación en la que se encontraba, reaccionó. Ya había desperdiciado todos sus bienes, no le quedaba nada, ni siquiera dignidad. Ya no había esperanzas para él.

Pero, volvió en sí, recapacitó, un pensamiento cruzó su mente: ‘La única salida es volver a la casa de mi padre’. Se armó de valor y regresó ¿Para qué seguir perdiendo más tiempo?

La mayoría conoce como termina la parábola. El hijo retornó al hogar, fue recibido por su padre y hubo una gran celebración porque decidió cambiar la muerte por la vida.

¿Te encuentras lejos del Padre Celestial? ¿Quisieras regresar a Él? Es necesario que reconozcas tu situación, le pidas perdón por tus pecados, y creas en su amor incondicional. El Padre te está esperando con los brazos abiertos para celebrar ese encuentro contigo.

No pierdas más tiempo, “levántate y ve al Padre”. Acércate confiado a su presencia. “En él tenemos redención por medio de su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia.” Efesios 1:7. En Dios no hay reproches ni venganza cuando nos volvemos a Él arrepentidos.

No esperes más confirmaciones, más señales, o circunstancias especiales para reconocer que Dios te está hablando. Es tiempo de volver a casa. El Padre está esperándote.

“Pero el padre les dijo a sus siervos: ‘Traigan la mejor ropa, y vístanlo. Pónganle también un anillo en su mano, y calzado en sus pies. Vayan luego a buscar el becerro gordo, y mátenlo; y comamos y hagamos fiesta, porque este hijo mío estaba muerto, y ha revivido; se había perdido, y lo hemos hallado’. Y comenzaron a regocijarse” (vs. 22-24).

Pastor Pablo Giovanini

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