“Libres de maldición”

“Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición (porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero), para que en Cristo Jesús la bendición de Abraham alcanzase a los gentiles, a fin de que por la fe recibiésemos la promesa del Espíritu.” Gálatas 3:13-14.

El sacrificio de Jesús en la cruz fue perfecto. Esto significa que no debemos añadirle acciones de ningún tipo a su obra redentora. ¡Todo lo que necesitábamos para ser salvos ya fue provisto por Jesucristo! No hay nada que completar. ¡Aleluya!

Para muchos este concepto bíblico está claro en la teoría, pero en la práctica se contradicen. La culpa, la vergüenza y el temor nos pueden jugar una mala pasada y podemos terminar creyendo las mentiras con las que Satanás busca esclavizarnos espiritualmente.

En la mayoría de las culturas hispanas, la consulta a brujos, santeros, médiums, parece ser normal. Muchos se acercan a estas personas para que les ayuden con problemas de salud, relaciones rotas, venganzas, deshacer maldiciones generacionales, entre otras cosas. El diablo, el dios de este siglo, ha cegado el entendimiento de la gente para que crean más en cuestiones esotéricas que en la Palabra de Dios. Incluso muchos cristianos son capaces de leer el horóscopo para saber cómo les irá en el día… y después leen la Biblia. Ay…

Haber vivido en estos ambientes ha condicionado la fe de muchos cristianos, y aunque creen que Jesús tiene poder para salvar, piensan que ciertas historias de su pasado relacionadas con la hechicería y maldiciones, siguen siendo parte de su vida. Frente a semejante mentira del infierno, debemos recordar el pasaje con el comenzamos. Cristo murió en la cruz para llevarse toda maldición sobre Él, y esta fue una obra perfecta y completa. No hay ningún mal que la cruz no haya podido cancelar. Toda persona es libre desde el mismo momento que acepta a Cristo como su Salvador y Señor. Ya no hay lugar para el enemigo porque el Espíritu Santo viene a hacer morada en ella. “Sabemos que el que ha nacido de Dios no está en pecado: Jesucristo, que nació de Dios, le guarda y el maligno no le toca.” (1 Juan 5:18).

No permitas que Satanás y sus demonios te hagan dudar del sacrificio perfecto de Jesús en la cruz. No permitas que aquellos que distorsionan la Palabra Dios con el fin de manipularte te mantengan esclavizado. Pablo nos exhorta: “Por precio fuisteis comprados; no os hagáis esclavos de los hombres.” (1 Corintios 7:23). El apóstol no está hablando de la esclavitud literal sino espiritual. Y otra vez: “Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no estéis otra vez sujetos al yugo de esclavitud.” (Gálatas 5:1).

Toma tiempo para alabar, adorar y agradecer al Señor por su sacrificio perfecto, porque te ha redimido, se llevó toda tu culpa, tu vergüenza, tus temores y te ha hecho una nueva criatura. ¡Bendito sea Jesús!

Pastor Pablo Giovanini

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