“Dios redimirá mi vida” 

“Ninguno de ellos puede salvar a su hermano, ni dar nada a Dios a cambio de su vida. El rescate de una vida tiene un alto precio, y ningún dinero será jamás suficiente para que siga con vida para siempre y nunca llegue a experimentar la muerte. Pero Dios redimirá mi vida del poder del Seol, porque él me tomará consigo”. Salmo 49:7-9,15.

Humanamente hablando, los hijos de Coré tenían razón. No había persona en este mundo que pudiera redimir ni pagar el rescate por su vida, por lo tanto el hombre estaba destinado a la muerte eterna. Sin embargo, hay una expresión profética en este Salmo: “Dios redimirá mi vida del poder del Seol”. Y así fue, Jesús lo hizo posible al morir en la cruz. “Y no por sangre de machos cabríos ni de becerros, sino por su propia sangre, entró una vez para siempre en el Lugar Santísimo, habiendo obtenido eterna redención.” (Hebreos 9:12).

¡Cuántas gracias debemos darle al Señor por su obra redentora! Lo que era imposible para el ser humano Dios lo hizo posible al enviar a su Hijo. Jesús se despojó de toda su gloria y se hizo hombre, igual a nosotros pero sin pecado, para hacernos libres. “Anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz.” (Colosenses 2:14).

Hay una parte de la redención que todavía no se ha completado y es la destrucción total de la muerte. Un día, los cristianos que murieron serán resucitados con cuerpos transformados al igual que los creyentes que estemos vivos en ese momento y seremos llevados por Cristo a su gloria eterna. “Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor.” (1 Tesalonicenses 4:16-17).

El plan de Dios es perfecto, y la redención de Jesucristo también lo es. Pronto nos uniremos al coro celestial para adorar al Rey de reyes y Señor de señores eternamente: “Y cantaban un nuevo cántico, diciendo: Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos; porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nación.” (Apocalipsis 5:9).

Espero que estés listo para ese día. Jesús vendrá en las nubes a buscar a los que le recibieron como su Salvador, le aman y esperan su venida. No busques señales, ya están cumplidas. En cualquier momento, “en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados.” (1 Corintios 15:52). ¡Ven Señor Jesús!.

Cortesía Pastor Pablo Giovanini
Iglesia Cristiana Renacer en Lynn, MA

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