“VIVIFICADOS”

“Si anduviere yo en medio de la angustia, tú me vivificarás”. Salmo 138:7a.

David sabía muy bien lo que es vivir bajo presiones que producen angustia. Sufrió presiones del enemigo, presiones de su familia, presiones del pueblo, presiones de los líderes. Era un experto en angustias, pero también en experimentar la liberación de Dios.

La fe y confianza de David en Dios son dignas de imitar. Él sabía que podía recurrir al Señor en sus momentos más difíciles porque lo iba a “vivificar”.

La palabra vivificar en hebreo es kjaiá que significa “dar vida o revivir, avivar, conservar, infundir, reanimar, resucitar”. Cuando parece que la angustia nos quita el último aliento, cuando todo parece derrumbarse, ¡Dios nos infunde nuevas fuerzas y esperanzas! “Por tu nombre, oh Jehová, me vivificarás; por tu justicia sacarás mi alma de angustia”. (Salmo 143:11).

¡Qué buena enseñanza para nosotros! Cuando estamos en angustia, además de recurrir a la oración, debemos alimentar nuestra alma con la Palabra de Dios. En el Salmo 119, el autor menciona 10 veces que la Palabra vivifica su alma. “Abatida hasta el polvo está mi alma; vivifícame según tu Palabra”. (Salmo 119:25).

Hoy somos renovados continuamente por el Espíritu Santo que mora en nuestro espíritu. Jesús lo envió para hacer realidad su vida abundante en nosotros: “…mas el espíritu vivifica.” (2 Corintios 3:6). En tiempos de angustia, Él tiene los recursos para renovarnos, fortalecernos, mostrarnos la salida y llenarnos de su gozo inigualable.

Si estás pasando por angustias, recuerda que tienes al Dios que vivifica. Cuando todo parece haber muerto, Él lo puede resucitar, cuando sientas que ya no te quedan fuerzas, Él te renovará, cuando tu fe se debilita, el Espíritu Santo la fortalecerá. Proclama con certeza la obra del Dios Todopoderoso en ti: “¡Tú me vivificarás!”

Pastor Pablo Giovanini

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