“Volviendo los mensajeros otra vez, dijeron: Así dijo Ben-adad: Yo te envié a decir: Tu plata y tu oro, y tus mujeres y tus hijos me darás… Y he aquí un profeta vino a Acab rey de Israel, y le dijo: Así ha dicho Jehová: ¿Has visto esta gran multitud? He aquí yo te la entregaré hoy en tu mano, para que conozcas que yo soy Jehová.” 1 Reyes 20:5,13.

Esta historia no es solo el relato de un acontecimiento histórico, sino que tiene como propósito mostrarnos cómo opera el enemigo y la victoria que Dios da a los que confían en Él.

El rey de Israel estaba desesperado. El gran ejército de Siria venía contra ellos para despojarlos de todo. Entonces aparece en acción un profeta que le dice a Acab que Dios los entregaría en su mano para que conociera quién era Él. Con la poca fe que le quedaba, el rey se atrevió a enfrentarlos y la victoria fue aplastante (vs.19-21).

Observa la manera en la que el enemigo buscó intimidarlos: “Tu plata y tu oro, tus mujeres y tus hijos me darás”. Esta es la manera en la que el diablo sigue intimidando hasta el día de hoy. Satanás es denominado por Jesús como el ladrón que viene para “matar, hurtar y destruir” y está empecinado en arrebatarte todo lo que Dios te ha dado (Juan 10:10).

Muchas veces sus ataques comienzan con cuestiones materiales: “Tu oro y plata me darás”. Cuando nuestras finanzas, bienes o trabajo están en peligro, analicemos las causas, el origen de la situación. A veces es el resultado de nuestras malas decisiones, pero en otras oportunidades son ataques del enemigo para robarnos las bendiciones de Dios.

Satanás no se quedará satisfecho solo con robarnos bienes materiales, él quiere arrasarlo todo. Está enfocado en destruir tu familia. “Tus mujeres y tus hijos me darás” le dijo el enemigo al rey de Israel. Por eso necesitamos estar alertas y no darle ningún lugar en nuestro hogar. Debemos intervenir a tiempo si identificamos su intromisión.

No permitas que el diablo te robe el amor que te unió a tu cónyuge. No dejes que tus hijos se pierdan al ser presionados por programas educativas ateos, entretenimiento que desprecia los valores bíblicos, o compañías que influyen negativamente sobre sus vidas. Actúa enseguida. Enséñales a tus hijos a relacionarse con Dios, a experimentar su amor y a reconocer los ataques de Satanás.

Recuerda que nuestra lucha no es “contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes” (Efesios 6:12). Pero bajo la sangre de Jesús ¡somos más que vencedores!

Enfrenta tus batallas en oración y con la autoridad que te delegó el Señor para deshacer todo ataque del diablo.

Cortesía Pastor Pablo Giovanini
Iglesia Cristiana Renacer en Lynn, MA

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