“He aquí mi siervo, yo le sostendré; mi escogido, en quien mi alma tiene contentamiento… No quebrará la caña cascada, ni apagará el pábilo que humeare; por medio de la verdad traerá justicia.” Isaías 42:1,3.

Aunque nosotros no estamos muy familiarizados con cañas rotas o pábilos humeantes, sí entendemos la realidad que describen. Una caña cascada y un pábilo extinguido son ejemplos de cosas que parecen inútiles y acabadas. Simbólicamente, la caña y el pábilo representan nuestras vidas y Cristo el único que puede restaurarnos milagrosamente.

Cuando Jesús comenzó su ministerio habló de su obra restauradora. “El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón…” (Lucas 4:18). Dios ve un plan eterno detrás de cada persona desanimada, angustiada, deprimida y sin esperanza. El Señor es nuestro ayudador. Trabaja en la “caña cascada” hasta que esté nuevamente fuerte y en el “pábilo” que humea hasta que esté completamente encendido.

Si te sientes herido y quebrantado, Dios no te aplastará ni te echará a un lado como algo inútil, sino que con amor te levantará. Jesús nunca deshecha a los que vienen a Él.

Esta es una palabra del Señor para ti: Dios no permitirá que caigas. Él sabe que tu situación es demasiado para ti, pero te proveerá con fuerzas sobrenaturales y te dará lo que necesitas para seguir adelante.

¡Levántate y confía! El tiempo ha llegado en que creas que Jesús está contigo en tu tormenta. Desecha las mentiras del diablo. Él está vencido. No importa cuán herido te sientas, el Señor no permitirá que seas derrotado o que el fuego se apague en tu vida. ¡Tu llama volverá a arder!

Cortesía Pastor Pablo Giovanini
Iglesia Cristiana Renacer en Lynn, MA

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