“Y hará que muchos de los hijos de Israel se conviertan al Señor Dios de ellos. E irá delante de él con el espíritu y el poder de Elías, para hacer volver los corazones de los padres a los hijos, y de los rebeldes a la prudencia de los justos, para preparar al Señor un pueblo bien dispuesto.” Lucas 1:16-17.

Estos versículos se refieren a Juan el Bautista, quien tuvo la tarea de “preparar el camino” para que la gente recibiera a Jesús como el Salvador. A nosotros también se nos ha delegado la tarea de presentar a Cristo. Observemos las similitudes.

Proclamamos un mensaje de conversión. Como Juan, hablamos de Cristo para “que muchos se conviertan al Señor” (v.16). “Convertirse”, en el original griego, es epistrefo y significa “hacer que una persona se vuelva; dar un giro de 180º”. El mensaje del evangelio dice que Dios perdona los pecados de aquel que se arrepiente y se convierte de sus caminos. Hechos 3:19: “Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio”.

Proclamamos un mensaje de reconciliación. El pecado separó al hombre de su Creador, pero Jesucristo logró la reconciliación por medio de su sacrificio. Todos aquellos que somos hijos de Dios tenemos también el privilegio de compartir este mensaje. Dice 2 Corintios 5:20: “Así que, somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogase por medio de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios.”

Proclamamos un mensaje de transformación. Solo el poder del Espíritu Santo es capaz de transformar a una persona. El cambio que se requiere es nada menos que una operación divina: mente y corazón nuevos.

¿Cómo es posible llevar adelante semejante tarea? Según los versículos 15-17, Juan el Bautista lo haría con la misma autoridad y poder del Espíritu de Dios que también actuó en Elías. Hoy, este poder también está disponible para todo creyente que se somete al Espíritu Santo. “No se preocupen por lo que deben decir, sino solo digan lo que en ese momento les sea dado decir. Porque no serán ustedes los que hablen, sino el Espíritu Santo”. Mateo 13:11.

¡Aprovecha este día para cumplir con la misión que Dios nos ha encomendado!

Cortesía Pastor Pablo Giovanini
Iglesia Cristiana Renacer en Lynn, MA

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