¿Qué estarías dispuesto a hacer por una respuesta de Dios? ¿Cuál sería el obstáculo más complicado que enfrentarías con tal de experimentar el poder de Dios? 

Muchos piensan que si Dios es Todopoderoso, entonces Él es quien debe hacer todo por nosotros. Que no espera que hagamos nada para que su plan se cumpla en nuestra vida. Pero estos pensamientos no tienen respaldo bíblico. 

En cierta ocasión, llegaron cuatro amigos trayendo a un paralitico en una camilla. Jesús estaba enseñando dentro de una casa que estaba abarrotada de gente. Era imposible pasar por la puerta, y mucho menos con una camilla. Pero estos hombres no se iban a quedar allí parados, lamentándose, no llevarían de regreso a su amigo en las mismas condiciones. Vea lo que hicieron: 

“Como no podían llevarlo hasta Jesús debido a la multitud, abrieron un agujero en el techo, encima de donde estaba Él. Luego bajaron al hombre en la camilla, justo delante de Jesús. Al ver la fe de ellos, Jesús le dijo al paralítico: ‘Hijo mío, tus pecados te son perdonados’”. Marcos 2:4-5.

Jesús espera que demostremos verdadera fe y que nos atrevamos a enfrentar cualquier obstáculo. Que estemos dispuestos a quedarnos después de hora para “reparar el techo”. Que prioricemos un milagro de Dios antes que detenernos a analizar los comentarios de los críticos que solo quieren detenernos. Jesús busca hijos que se atrevan a perseverar hasta obtener la respuesta que necesitan.

Dios lo dejó claro en Jeremías 29:12-13: “Entonces me invocaréis. Vendréis y oraréis a mí, y yo os escucharé. Me buscaréis y me hallaréis, porque me buscaréis de todo vuestro corazón”.

¿Realmente estamos orando con el máximo interés, buscando que Dios actúe con su poder y podamos ver su gloria? ¿O nuestra oración es una alternativa más? El tiempo lo dirá. La oración perseverante tiene respuesta. 

George Müller fue un predicador y misionero inglés; en su diario personal escribió en noviembre de 1844 que había comenzado a orar por la conversión de 5 amigos. Oraba todos los días, aunque estuviera enfermo, sobrecargado de trabajo o pasando situaciones difíciles. Pasaron 18 meses antes de que se convirtiera la primera persona de su lista. A los cinco años se convirtió el segundo. Transcurrieron 6 años más y el tercero recibió a Cristo. Siempre le daba gracias a Dios por cada conversión. 36 años oró por sus otros dos amigos, pero sin respuesta. Antes de morir, Müller escribió: “Confío en Dios, oro y espero la respuesta. Ellos aún no se han convertido, pero lo harán”. En 1857, cincuenta y dos años después de haber comenzado a orar por sus amigos, aquellos dos hombres por fin entregaron sus vidas a Cristo, pero George ya estaba en la presencia de Dios. Hoy, Müller y sus cinco amigos pasan la eternidad juntos. 

¿Cuánto tiempo estás dispuesto a perseverar tú en oración por una respuesta? A veces la respuesta puede llegar en un día, otras veces puede tomarse un poco más de tiempo. Pero Dios siempre responde a las oraciones de fe de todo aquel que persevera. 

Cortesía Pastor Pablo Giovanini
Iglesia Cristiana Renacer en Lynn, MA

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