“No verá hombre alguno de estos, de esta mala generación, la buena tierra que juré que había de dar a vuestros padres, excepto Caleb hijo de Jefone; él la verá, y a él le daré la tierra que pisó, y a sus hijos; porque ha seguido fielmente a Jehová.” Deuteronomio 1:35-36. 

Caleb tenía un espíritu diferente. Nunca permitió que las presiones de sus parientes, las murmuraciones de sus amigos, las opiniones nefastas de sus compañeros dominaran su entusiasmo por conquistar las promesas divinas. Por eso Dios dijo que él disfrutaría de la tierra prometida, porque “ha seguido fielmente a Jehová”. Los infieles se quedaron en el camino.

Dios también espera de nosotros que seamos fieles en nuestro andar con Él. “Sé fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida.” (Apocalipsis 2:10b). No es una opción, debemos ser fieles. 

 En hebreo, fidelidad corresponde a la palabra “aman” que significa “estar seguro, ser duradero, confiar, creer”. De este verbo se deriva la palabra “Amén”, una palabra que certifica que lo que se ha dicho se cumplirá con fidelidad. Entonces, ser fieles tiene el sentido de permanecer firmes y confiados en Dios a pesar de las circunstancias y el paso del tiempo. 

Como hijos de Dios debemos ser imitadores de la fidelidad de nuestro Padre, y el Espíritu Santo está en nosotros para ayudarnos. Cuando te falten las fuerzas, Él te las dará. Cuando te sientas cansado y abrumado por la situación, te recordará la Palabra para animarte. Cuando la ansiedad y el temor parecen superarte, te recordará que sigue siendo el Rey de reyes y Señor de señores, y está controlando todo desde su trono.

Las presiones a las que estamos sometidos no deben dar lugar a la tibieza. Nuestra fidelidad a Dios debe permanecer intacta. No podemos abandonar la adoración personal a Dios a pesar de los problemas. No debemos comenzar a ser flexibles con el pecado. No importa los tiempos que nos toque vivir, nuestra fidelidad a Dios no es negociable. 

Debemos continuar la carrera que tenemos por delante mirando a Jesús. El día que digamos como Pablo “he acabado la carrera”, ese mismo día tendremos que escuchar al Señor decirnos: “Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu Señor.” (Mateo 25:21).

Cortesía Pastor Pablo Giovanini
Iglesia Cristiana Renacer en Lynn, MA

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