“No os acordéis de las cosas pasadas, ni traigáis a memoria las cosas antiguas. He aquí que yo hago cosa nueva; pronto saldrá a luz; ¿no la conoceréis? Otra vez abriré camino en el desierto, y ríos en la soledad”. Isaías 43:18-19.

Dios mostraría misericordia a su pueblo Israel y lo restauraría, no porque ellos lo merecieran, sino por su gran amor. Las profecías decían que el pueblo sería llevado cautivo por su pecado, pero Dios traería una nueva etapa. Jamás deja en el olvido a quien ama, porque a Dios lo mueve su fidelidad y su amor desbordante. Entonces le dice a su pueblo que debe dejar atrás el pasado, los tiempos malos, las pérdidas, los fracasos, los recuerdos tristes, y mirar hacia adelante.

Dios promete hacer algo nuevo, y se cumpliría al pie de la letra. Ahora vendría una nueva etapa acompañada de milagros extraordinarios. Si Dios había sacado a Israel de Egipto con mano poderosa, los milagros que había preparado para esta nueva etapa no se compararían con lo que habían visto hasta ahora.

Cuando el Espíritu Santo inspiró a Isaías a escribir esta profecía, no anunció únicamente lo que Dios haría con Israel, sino que abarcaba el plan eterno de Dios, y en ese plan estamos incluidos tú y yo. El Espíritu Santo también pensaba en ti cuando fue escrita esta palabra.

Desde que recibimos a Cristo como Salvador, el Espíritu Santo comenzó a hacer cosas nuevas en nuestra vida. “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas”. 2 Corintios 5:17. A partir de ese momento, dejamos atrás todo lo que nos esclavizaba y comenzamos a disfrutar una nueva vida.

El apóstol Pablo tenía muy presente todas las promesas de Dios y las aplicaba a su vida constantemente. “Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús”. Filipenses 3:13-14. Él había dejado atrás su pasado y ahora estaba completamente enfocado en invertir su vida en lo que Dios había preparado para Él. Así lo hizo hasta el último de sus días.

No necesitas un suceso extraordinario ni una fecha especial para comenzar a experimentar el cumplimiento de las promesas de Dios, solo necesitas creer, poner tu confianza en el Señor que es el dueño de tu vida, y ver cómo te lleva a través del plan que trazó para ti con mano poderosa.

Hoy es el día en el que debes despojarte de aquello que te mantiene detenido y comenzar a avanzar. “Mira siempre adelante, mira siempre de frente”. Proverbios 4:25.

Cortesía Pastor Pablo Giovanini
Iglesia Cristiana Renacer en Lynn, MA

compartir por messenger
compartir por Whatsapp