“Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil”. Mateo 26:41.

Jesús no compartió esta enseñanza durante un evento multitudinario, lo hizo mientras se encontraba solo con sus discípulos poco antes de ser crucificado. El Señor quería que estuvieran conscientes de la posibilidad de ser tentados por el diablo y cómo responder.

Ya sabemos que las tentaciones son muchas y muy variadas. Además, la mayoría son sorpresivas. Por eso la importancia de “velar”. Esta palabra en griego es gregoreuo que significa “mantenerse despierto, estar vigilantes, alertas, preparados en todo momento”.

Dios comprende nuestra lucha por no caer en tentación y elegir la rectitud, por eso ha enviado a su Espíritu Santo para ayudarnos a vivir con integridad. Él es quien nos ayuda a mantenernos vigilantes, nos da discernimiento y nos recuerda cuáles son nuestras armas espirituales para vencer cada ataque de Satanás.

También debemos “orar”. En griego es la palabra proseújomai que significa “dialogar con Dios, suplicar, adorar, pedir, anhelo por acercarme a Dios”. En 1 Tesalonicenses 5:17 leemos: “Orar sin cesar”. ¿Es posible esto? Sí. Aunque nuestra boca esté cerrada, o incluso estemos haciendo alguna actividad, nuestro espíritu puede estar en comunión permanente con Dios pidiendo fortaleza para ser librados del mal, y pendientes de la dirección que el Señor nos pueda dar.

Quizás pienses que hay tentaciones que son demasiado fuertes y casi imposibles de resistir. No es cierto. “No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar.” 1 Corintios 10:13.

Protege tu mente con la Palabra de Dios, mantente alerta y en oración y el Señor te dará la victoria sobre toda tentación.

Cortesía Pastor Pablo Giovanini
Iglesia Cristiana Renacer en Lynn, MA

compartir por messenger
compartir por Whatsapp