“Grandes son las obras de Jehová, buscadas de todos los que las quieren.” Salmo 111:2.

¡El Señor hace maravillas! Sus obras son tremendas desde la eternidad hasta la eternidad. Eso no está en discusión. Pero ver y experimentar sus obras es algo que cada uno debe decidir.

En primer lugar, hay que “querer” las obras de Dios. Nada sucederá en nuestra vida si no deseamos que Él actúe con su poder. La palabra “querer”, en hebreo jefets, significa “desear, considerar algo valioso”. Significa entonces que el que quiera experimentar a Dios debe desearlo. Cristo no se manifiesta a nadie que no anhele su presencia, que no tenga deseos de pasar tiempo aprendiendo a escuchar su voz. Muchas veces Dios probará nuestro deseo para que nos demos cuenta si es genuino y si somos capaces de perseverar en ese anhelo.

En segundo lugar, debemos “buscar” a Dios hasta que se manifieste con poder. En una cultura donde reina lo instantáneo, el Señor nos recuerda que debemos persistir en esa búsqueda. Recordemos que Jesús “les refirió (a sus discípulos) una parábola sobre la necesidad de orar siempre, y no desmayar” (Lucas 18:1). También será probado el interés de esa búsqueda para saber si queremos al Dios de las maravillas o las maravillas de Dios solamente. Él siempre responde al que le busca de todo corazón. “Cercano está Jehová a todos los que le invocan, a todos los que le invocan de veras.” (Salmo 145:18).

En tercer lugar, debemos estar seguros de darle a Él la gloria por sus grandes obras y decirles a otros lo grande que es nuestro Dios. Él se manifiesta a nuestras vidas porque nos ama y para que tengamos un testimonio poderoso que contar.

Dios quiere hacer grandes obras en tu vida. Tú parte será buscarlo como quien busca esa perla de gran precio y estar dispuesto a entregarlo todo para experimentar lo que el Señor te ha prometido.

Cortesía Pastor Pablo Giovanini
Iglesia Cristiana Renacer en Lynn, MA

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