“HUELLAS”

En 2 Corintios 3:2 el apóstol Pablo menciona que su trabajo entre los corintios había dejado huellas que otros podían ver fácilmente. “Nuestras cartas son ustedes mismos… y son conocidas y leídas por todos”.

La vida de las personas a las que había servido con tanta dedicación y amor eran su mejor carta de presentación. ¿Podríamos decir lo mismo que el apóstol Pablo? ¿Qué tipo de huellas vamos dejando en nuestro andar diario?

La gente que pasa por nuestra vida siempre deja un poco de sí y se lleva un poco de nosotros. Por eso las huellas que dejamos muchas veces están relacionadas con las marcas que otros dejaron primero.

¿Puede recordar cómo se sintió cuando alguien le dijo que su vida era muy valiosa? ¿Cómo un abrazo le dio las fuerzas que necesitaba? ¿Y qué de esa palabra que le infundió aliento cuando pensaba que ya no podía seguir adelante?

Hace algunos años leí esta historia. Durante una época de crisis económica y noticias deprimentes, dos alumnos de una conocida Universidad decidieron elevar el espíritu de la gente del campus con palabras alentadoras.

Todos los miércoles por la tarde, durante dos horas, estos jóvenes se paraban en un lugar estratégico con un cartel que decía: “Elogios gratuitos”. A todos los que pasaban le decían algo agradable: “Me gustan tus botas de nieve”. “Hermosa sonrisa”. “Se nota que eres alguien especial”.

Cuando se les preguntó a varios estudiantes sobre esto, la mayoría mencionó que todos los miércoles pasaban a propósito por donde estaban “los chicos de los elogios” solo para oír comentarios amables.

Estoy segura que estos alumnos no solo alegraron el día a muchos durante un tiempo difícil, sino que pueden haber cambiado el rumbo de varias vidas. Dejaron las huellas que todos quisiéramos que dejen en nosotros.

Quizás no hubo muchos “chicos de los elogios” en su vida, pero hay Alguien que le demostró como nadie el valor que usted tiene. Las marcas que hasta hoy lleva en su cuerpo son un recordatorio de lo que significa para Él. Cristo murió y resucitó por amor a usted, esa es la “huella” que debe hacer la diferencia en su vida para siempre.

Deje que el Señor siga marcando poderosamente su vida mientras sus acciones dejan huellas que les permitan a otros ver a Jesús.

Cortesía Alexandra Giovanini
Iglesia Cristiana Renacer en Lynn, MA

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