Querido Dios, agradezco por este hermoso día que me has regalado. Mi clamor es con fe y sé que tú responderás cada oración que sale de mi corazón. Hoy vengo delante de ti con una súplica especial, y es que vengo a pedirte que seas tú renovando mi corazón. Hay situaciones en la vida que han endurecido mi corazón, que me han decepcionado, por eso te pido que quites de mi toda amargura, envidia, codicia, celos, y frustraciones. Trae sobre mí un renuevo por completo de mi alma, y permíteme conocer la libertad. Perfecciona siempre mi espíritu, para poder caminar de la mano contigo, hacia tu presencia. Amén.

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