“Sembrad para vosotros en justicia, segad para vosotros en misericordia; haced para vosotros barbecho; porque es el tiempo de buscar a Jehová, hasta que venga y os enseñe justicia”. Oseas 10:12.

El barbecho consiste en dejar descansar una parcela de tierra que se limpió antes de volverla a cultivar. Los hebreos revolvían la tierra con el arado y el rastrillo y la dejaban reposar para que recuperara su fertilidad. La ley mandaba que cada siete años, un año se dejara la tierra en barbecho. Durante ese año el pueblo debía seguir confiando en la provisión de Dios.

Lo mismo sucede en lo espiritual. Dios quiere sembrar en tu corazón una palabra fresca que produzca cambios en tu vida, pero antes de sembrar es necesario hacer “barbecho” al corazón. Si Dios quiere darte una nueva dirección, ayudarte a crecer en algún área de tu vida, o usarte para bendecir y ayudar a otros, debes estar preparado. Un terreno limpio y sano producirá buenos frutos.

Lo primero que hará el Espíritu Santo es mostrarte esas raíces que debes quitar porque detendrán el crecimiento. Raíces de orgullo, amargura, materialismo, enojo que “ahogan la Palabra y la hacen infructuosa” (Mr. 4:19).

Además, debemos quitar la cizaña que pudo haber sembrado el diablo. Él siembra mentiras en nuestra mente, malos pensamientos, deseos de venganza, resentimiento, odio, auto conmiseración, y finalmente nos roba la fe (Mt. 13:19). No permitas que Satanás gane ventaja sobre ti.

Si permites que el Señor trabaje en tu corazón y mantienes una actitud de humildad, paciencia y fe, serás una tierra lista para dar fruto abundante.  Mt. 13:23: “Mas el que fue sembrado en buena tierra, éste es el que oye y entiende la palabra, y da fruto…”. Las evidencias estarán a la vista y hablarán por ti.

Cortesí­a Pastor Pablo Giovanini
Iglesia Cristiana Renacer en Lynn, MA

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