“Porque todos ellos nos amedrentaban, diciendo: Se debilitarán las manos de ellos en la obra, y no será terminada. Ahora, pues, oh Dios, fortalece tú mis manos”. Nehemías 6:9.

Nehemías fue llamado por Dios para reconstruir las murallas destruidas por los babilonios. Israel estaba volviendo a su tierra, pero no tenían protección.

Cuando comenzó la reconstrucción, los enemigos de Israel no se quedaron quietos, sabían que si terminaban la obra no podrían controlarlos. Entonces empezaron a tramar cómo detenerlos. Una de sus estrategias fue intimidarlos. Si lograban su cometido, entonces las manos de los trabajadores se “debilitarían”.

Debilitar en hebreo significa “ceder, desfallecer, desmayar, detener, intimidar, desistir; estar decepcionado, desanimado, dejar caer, abandonar”. Los enemigos pensaban acobardar a Nehemías y al pueblo para que desfallecieran, a tal punto que pararan la obra.

En contraste, Nehemías pidió a Dios que “fortaleciera” sus manos. La palabra “fortalecer”, en hebreo jazaq, significa “ser fuerte, valiente, fortificar, conquistar, dominar”. La oración de Nehemías fue respondida. No solo tuvo las fuerzas necesarias para trabajar, sino también la capacidad para dirigir, ejercer autoridad y proteger al pueblo.

Nosotros también tenemos un enemigo que se opone a la obra de Dios y a su pueblo. El diablo tratará de atemorizarnos e intimidarnos para que no obedezcamos a Dios. Él quiere vernos fracasar. Pero según la Palabra, tenemos autoridad en el nombre de Jesús para no dejarle traspasar los límites que Él ya le ha puesto. El diablo no puede tocar a un hijo de Dios. “Sabemos que todo aquel que ha nacido de Dios, no practica el pecado, pues Aquel que fue engendrado por Dios le guarda, y el maligno no le toca” (1 Juan 5:18).

¿El enemigo ha venido a debilitarte? ¿Está intimidándote para que no avances? Pídele al Señor fuerzas nuevas, autoridad para deshacer toda artimaña del diablo y valentía para seguir avanzando. Haz tuyas las palabras de Nehemías: “¡Ahora, pues, oh Dios, fortalece tú mis manos!”

Cortesí­a Pastor Pablo Giovanini
Iglesia Cristiana Renacer en Lynn, MA

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