“Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones. Por tanto, no temeremos, aunque la tierra sea removida… Estad quietos, y conoced que yo soy Dios; seré exaltado entre las naciones; enaltecido seré en la tierra. Jehová de los ejércitos está con nosotros; nuestro refugio es el Dios de Jacob.” Salmo 46:1-2, 10-11.

En este Salmo encontramos que Dios interviene directamente en el v. 10 dando una promesa que fortalece nuestra fe y nos da seguridad: “Estad quietos, y conoced que yo soy Dios”. ¡Aleluya! Él es Dios, no debemos dejar de decirlo, y se manifestará con poder.

La expresión “estad quietos” en hebreo significa “aflojar”. En Argentina, cuando alguien está muy tenso, coloquialmente le decimos: “¡Aflojá!”. Esto es exactamente lo que Dios nos está diciendo aquí. Esta palabra también tiene otras connotaciones: relajarse, cesar, desistir, dejar caer, soltar.

Cuando se va al rescate de alguien que se está ahogando, una de las primeras indicaciones que se le da es: relájese, no haga nada. Si en la desesperación la persona sigue dando brazadas o manotazos, lo más probable es que golpee al rescatista y resulte difícil ayudarlo. Por eso es necesario “aflojar”, relajarse y confiar.

En tiempos de prueba Dios nos da el mismo consejo, debemos “aflojar” nuestras tensiones. En lugar de preguntarnos ¿qué más puedo hacer? deberíamos preguntarnos ¿qué hará Dios? Cuando depositamos nuestra confianza en el Señor, entonces podemos experimentar su paz.

Aprópiate de las últimas palabras del v. 11 y cambia el nombre Jacob por el tuyo. Proclámalo: “Jehová de los ejércitos está con nosotros; nuestro refugio es el Dios de… (pon tu nombre)” ¡Aleluya!

Cortesí­a Pastor Pablo Giovanini
Iglesia Cristiana Renacer en Lynn, MA

compartir por messenger
compartir por Whatsapp