“Así que, si alguno se limpia de estas cosas, será instrumento para honra, santificado, útil al Señor, y dispuesto para toda buena obra.” 2 Timoteo 2:21.

El joven Timoteo necesitaba buenos consejos para crecer espiritualmente. Su padre espiritual, el apóstol Pablo, le animaba siempre a servir al Señor y a estar listo para obedecerle. Para ello era necesario despojarse de todo lo que le impidiera hacer el trabajo de manera eficaz y provechosa.

Como cristianos podemos ser siervos inútiles o instrumentos útiles. Jesús dijo: “Así también ustedes, cuando hayan hecho todo lo que se les ha ordenado, digan: ‘Somos siervos inútiles, no hemos hecho más que cumplir con nuestro deber’”. (Lucas 17:10). Aquí la palabra inútil tiene el significado de “no provechoso”. Si solo cumplimos con lo que se nos ordena y nada más, no hemos hecho ninguna diferencia. Tal vez muchos sirven con esta actitud, porque “les toca”, pero deberíamos recordar que un día el Señor nos pedirá cuentas de cómo usamos los talentos y los dones espirituales que nos fueron dados.

Jesús espera mucho más que simplemente hacer lo que se nos pide. Él espera que sus hijos le sirvan con gozo, que sean capaces de hacer “la milla extra”, que compartan el evangelio sin temor, con pasión. Estos son los instrumentos “útiles”.

La palabra “útil” en griego es eujrestos que significa “susceptible de ser utilizado, provechoso, muy servicial”. Útil también significa “que sirve para algún fin”. Dios tiene maravillosos propósitos con sus hijos y se cumplirán en la medida en que cada uno esté dispuesto a decirle: “Heme aquí”.

Cualquiera sea el trabajo que el Señor nos haya encomendado, debemos recordar que somos responsables ante Él por la actitud y la diligencia con la que lo realizamos.

Que Dios encuentre en ti a un instrumento útil, listo para ser usado.

Cortesí­a Pastor Pablo Giovanini
Iglesia Cristiana Renacer en Lynn, MA

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