Bendito Dios del cielo, te doy gracias por este nuevo día que me has regalado, porque es una nueva oportunidad que me regalas para hacer tu voluntad y vivir para ti. En esta hora, te pido que perdones mis pecados, mis rebeliones e iniquidades y me limpies con tu sangre preciosa. Toma el control de mi vida, de mi corazón y de todo lo que vaya a hacer el día de hoy. Que sea tu Espíritu Santo dirigiendo cada paso y tu santa presencia, rodeándome en todo momento, en el Nombre de Jesús. Amén.

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