«Señor mi Dios, poderoso, bueno y eterno, en este momento te agradezco porque reconozco que todo lo que soy y lo que tengo a ti te lo debo. En este nuevo día, también reconozco que te necesito en cada aspecto de mi vida, necesito de tu guía  y tu favor para todo lo que me proponga. Rindo en tus manos cada proyecto que tengo y las actividades que deba hacer, para que tú hagas como quieras. En tus manos también está mi vida, pues a ti me debo. Te pido por favor que no me abandones en ningún momento, pues sin ti moriría. Amén.»

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