«Mi precioso Rey del cielo, te doy gracias por todas tus bondades en mi vida, porque reconozco que pese a que soy infiel y te fallo constantemente, tú siempre permaneces fiel. En esta hora, vuelvo a ti, arrepentido y apenado por mis pecados, pero sabiendo que tú me esperas con brazos abiertos. Por favor, límpiame nuevamente con tu sangre y permíteme sentir tu abrazo y tu presencia una vez más. Mi Señor, ¿A dónde más iré si solo tú tienes palabras de vida para mí? Permíteme hoy, responder a ese amor inagotable que me brindas mi Jesús, Amén.»

compartir por messenger
compartir por Whatsapp