«Bendito Dios del cielo, te doy gracias por todo lo bueno que has sido conmigo y porque se que todo te lo debo a ti, mi familia, mis hijos, mi trabajo y estudios, nada tendría sentido si tu no estuvieras conmigo. Por ello, hoy mi clamor es para que tu tomes tu lugar en el centro de mi corazón y desde allí me dirijas para tomar decisiones correctas en mi vida y para cada aspecto de ella. Ven y llena mi corazón Jesús, porque sé que lo más importante es disfrutar de tu presencia y de tu cercanía.»

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