«Amado Dios, te doy gracias por todo tu amor y misericordia para conmigo, porque hasta ahora, tú me has sostenido en medio de las pruebas y de las más feroces tormentas. En este momento, me rindo ante ti y te pido que me perdones, porque a pesar de que tú eres fiel, soy yo quien se aleja de ti. Por ello, en este momento me acerco voluntariamente a ti y te pido que laves con tu sangre preciosa. Ahora que me dispongo a descansar, lléname de tu presencia y que tu santa paz me arrope en esta noche, amén.»

compartir por messenger
compartir por Whatsapp